El insólito episodio ocurrió en una calle del barrio “Juan XXIII”, al Sur de la ciudad, poco después del mediodía, en momentos en que Alejandro Galarza, de 28 años, viajaba en su Honda Wave. Al llegar a la esquina de Iberá y Cabo de Hornos, y en un sector de baldíos, sintió irrefrenables ganas de orinar, por lo que decidió dejar su moto a un costado del camino, internarse en la espesura y proceder a la micción.

Esos segundos en la espesura fueron fatales, ya que un ladrón aprovechó la oportunidad, subió a la moto, que tenía el motor en marcha, y se fue.

Hasta ahora ni la moto ni el ladrón fueron encontrados.




Fuente: Diario Norte