Italia Berlusconi, obligado al ajuste, ve tambalear su gobierno El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, lidia con dos frentes de tormenta política, uno externo y otro interno, que lo obligan a profundizar el ajuste y ponen en juego la continuidad de su gobierno. En la Cumbre del G-20, sus pares europeos le reiteraron, esta vez cara a cara, que debe implementar medidas correctivas que logren frenar la caída de los bonos italianos y superar la crisis, algo que Berlusconi se comprometió a hacer.
Y para evitar dudas como las que habían planteado días atrás Alemania y Francia, pidió hoy que sea el Fondo Monetario Internacional (FMI) el organismo que certifique su paquete de medidas económicas.
"Bienvenida sea una certificación transparente e imparcial de la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional sobre las medidas que tomó el gobierno" para salir de la crisis, dijo el ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, en una entrevista con el SkyTG24.
Frattini subrayó que hasta ahora Italia fue "no fue monitoreada por organismos transparentes, sino por mercados, agencias de calificación y especuladores".
Una vez conocido el acuerdo con el FMI -que no incluye el préstamo de dinero- el presidente francés, Nicolas Sarkozy, prometió hoy la solidaridad europea.
"Italia no está sola", dijo Sarkozy durante una rueda de prensa al término de la cumbre del G20 celebrada en la localidad francesa de Cannes, asegurando también que "se tomaron las medidas necesarias", informó la agencia de noticias Ansa.
Del mismo modo, el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, valoró hoy la decisión del gobierno italiano porque, aseguró, ayudará a "mejorar la credibilidad" de la zona euro.
"Asegurar la credibilidad de todos nuestros miembros es importante no sólo para la estabilidad de la zona euro, sino de todo el mundo", indicó en una rueda de prensa.
Pero con la rebelión que se produjo en su Partido de la Libertad (PdL), sobre todo con la ida de otros dos diputados, el primer ministro conservador perdió la mayoría que precisa para lograr la aprobación de las medidas anticrisis.
Su bloque se redujo a 314 diputados, dos menos de los necesarios para la mayoría absoluta, y podría seguir reduciéndose más aún, según informan hoy en forma coincidente varios medios italiaos.
Acostumbrado a las oscilaciones de apoyos en el Parlamento, Berlusconi buscaba infundir un poco de optimismo al margen del G-20, y según el diario Corriere della Sera, señaló convencido: "Volverán", en referencia a los diputados que le dieron la espalda.
Pero en la actualidad italiana, el debate sobre un posible adelanto de las elecciones está más vivo que nunca.
Berlusconi, como ya hizo anteriormente, quiere imponer las nuevas medidas anticrisis para la nación, altamente endeudada y bajo la fuerte presión de los mercados, sometiéndose a un voto de confianza.
Con ello, todas las reformas estarían en el Senado en 10 ó 15 días, dijo Berlusconi en Cannes, según informa la agencia de noticias DPA.
El premier ya se sometió a más de un medio centenar de votaciones de confianza para pasar así leyes más rápidamente en el Parlamento. La última vez fue a medidados de octubre, cuando obtuvo una mayoría ajustada de 316 votos a favor y 301 en contra.
Parte de la oposición, como el partido de centro Unión Demócratas Cristianos (UDC), está a favor de que se forme un gobierno de transición de base amplia para hacer frente a la crisis de la deuda y del crecimiento.
Pero tal vez el problema más serio lo tiene en el frente interno, ya que ayer seis parlamentarios propios le pidieron su renuncia a través de una carta y anticiparon que podrían oponerse a refrendar el Presupuesto 2010 en la votación del próximo martes.
Si el gobierno cae, entonces se podrían adelantar las elecciones. El presidente italiano, Giorgio Napolitano, sondeó la situación en el Parlamento con todas las partes.
Viernes, 4 de noviembre de 2011
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