Medicina Crean una vena con células madre para evitar un trasplante de hígado Por primera vez se implantó una vena producida a partir de células madre de la propia paciente, que padecía una seria obstrucción en una vena que lleva la sangre desde el intestino hasta el hígado.
Dicho procedimiento fue exitoso y provocó una mejora en la calidad de vida de la paciente de diez años, gracias a la colocación de una nueva vena, según informaron los investigadores en el trabajo publicado esta semana en la revista científica The Lancet.
El implante fue posible gracias a un estudio considerado como “prueba de concepto” por los investigadores de la Universidad de Gotemburgo, Suecia, que contaron con el financiamiento del gobierno de su país.
A partir de dicha investigación, se analizará la posibilidad de que se puedan producir venas para pacientes que estuvieron mucho tiempo en diálisis o para la cirugía del bypass en el corazón. “Una de las ventajas es que los pacientes no necesitarían recibir fármacos inmunosupresores después de recibir la vena, porque incluye células propias. Este estudio señala que las células madre están para quedarse”, adelantó Luis de la Fuente, cardiólogo intervencionista del Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento (IADT), quien años atrás desarrolló un trabajo con células madre en pacientes con infartos.
El reciente trabajo “establece la posibilidad y la seguridad de un nuevo paradigma para tratamiento, en casos de insuficiencia venosa, venas obstruidas o venas antólogas inadecuadas”, publicaron los autores del estudio en The Lancet.
En el caso de la paciente de diez años, los médicos hicieron uso de células madre, que son capaces de autorrenovarse y madurar en células especializadas. Al principio, los científicos tomaron un segmento de una vena de un donante cadavérico y le removieron las células. Al tubo que quedó le inyectaron células madre de la médula ósea de la paciente. Dos semanas después, el injerto fue reimplantado como un puente para conectar el intestino y el hígado.
Todo este procedimiento iba obteniendo buenos resultados en la paciente que crecía en altura y peso. Al año, se registró una baja en el flujo de sangre, y le volvieron a realizar un segundo injerto con el mismo procedimiento con las células madre.
Además, otro punto favorable fue que la paciente no desarrolló anticuerpos contra el injerto, a pesar de que no tomó fármacos inmunosupresores.
Esta clase de tratamiento podría costar entre 6.000 y 10.000 dólares por paciente. “El resultado es interesante, aunque se necesitarán más ensayos formales para evaluar la verdadera utilidad”, comentó Gustavo Sevlever, director de docencia e investigación del Fleni.
Fuente: Infobae
Viernes, 15 de junio de 2012
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