Internacional No habrá sanciones económicas del Mercosur contra Paraguay Los presidentes se reunirán hoy para adoptar una medida definitiva tras el golpe que destituyó a Fernando Lugo. El canciller Timerman descartó ayer la expulsión de ese país del bloque regional, aunque se mantiene la suspensión
Los presidentes de los países miembro plenos del Mercosur más los Estados asociados resolverán hoy qué medida definitiva tomar con Paraguay, una de los cuatro naciones fundadoras del bloque regional, inicialmente creado como unión aduanera. Por ahora pesa sobre el país guaraní una suspensión temporal, resuelta por los cancilleres de Sudamérica salvo Guyana, que estará vigente hasta hoy en el desayuno de trabajo del Hotel Intercontinental, cuando se encuentren los mandatarios Cristina Fernández, DilmaRousseff y José “Pepe” Mujica. Según informó anoche el canciller Héctor Timerman en rueda de prensa, los jefes de Estado no expulsarán a Paraguay –que más allá de la ruptura del orden institucional sigue siendo un miembro fundador del Mercosur– y tampoco impondrán sanciones económicas que traigan consecuencias para la vida cotidiana de los paraguayos. La alternativa que ya tiene el consenso de los tres presidentes es mantener la suspensión del Paraguay como socio pleno del Mercosur, tal como establece la cláusula democrática del bloque, aprobada en Ushuaia. “La cláusula democrática incluye la suspensión de un miembro por los demás presidentes cuando en ese país se interrumpa el orden institucional”, sugirió Timerman desde la carpa del centro de prensa del Intercontinental. Cuando una periodista con acento guaraní le preguntó si esa cláusula no podía “neutralizar la soberanía” del Paraguay al “desconocer la investidura presidencial” de Federico Franco, el canciller le recordó que ese mecanismo –preventivo de los golpes de Estado de nuevo tipo– había sido solicitado expresamente por el gobierno paraguayo de Fernando Lugo. El presidente destituido en juicio político se sentía acosado por los sectores políticos de la oposición, tanto el Partido Colorado como la fuerza de Lino Oviedo, la Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (UNACE). El acorralamiento se terminó de concretar cuando el Partido Liberal, al que pertenece Franco le quitó el apoyo en el Parlamento. Timerman volvió a subrayar que la aplicación de la cláusula democrática al Paraguay fue resuelta “de forma unánime” por todos los cancilleres de la Unasur, “salvo Guyana, que no llegó”. También recordó que el Senado paraguayo –considerado el órgano legislativo más conservador de Sudamérica, que traba desde hace años la aceptación de Venezuela como socio pleno del Mercosur– basó la destitución de Lugo en cinco causales de supuesto “mal desempeño”. Una de esas causas, destacó Timerman, fue justamente la firma de la cláusula democrática que se ratificó en Montevideo, en diciembre último. “La situación que atraviesa Paraguay es una situación que nos apena a todos. Pero nuestros planteos, todas las alternativas que ofrecimos en Asunción, no han encontrado eco en la oposición a Lugo”, agregó. La suspensión temporal de Paraguay, según pudo saber Tiempo Argentino, estará inspirada en las condenas políticas que se aplicaron sobre Honduras cuando el derechista Porfirio Lobo derrocó a Manuel Zelaya. La característica central de aquellas sanciones fue imponer un aislamiento político evitando que el castigo significara un perjuicio económico para el pueblo hondureño. En el caso paraguayo, las represalias económicas podrían darle un argumento al nuevo mandatario en ejercicio, cuya asunción fue considerada ilegítima por la Unasur, para victimizarse y convertir eso en una cruzada nacional. Esta alternativa de sanciones políticas sin represalias económicas fue defendida por el canciller uruguayo, Nicolás Almagro. Anoche, en diálogo con Tiempo, Almagro justificó su propuesta, que muy probablemente hoy asuma la forma de una suspensión hasta que se celebren nuevas elecciones con la participación de candidatos del partido de Lugo (el ex obispo no tiene reelección). “Tenemos que coordinar esfuerzos en las máximas sanciones políticas pero que no tengan consecuencias sociales”, aseguró Almagro.
–Esas sanciones no impidieron que Lobo completara su gobierno y llamara a nuevas elecciones, a pesar de que Zelaya desconocía ese llamado a las urnas. –No, al contrario. Las sanciones fueron muy efectivas porque implicaron un retroceso político muy importante para los golpistas, que fueron prácticamente raleados de la vida democrática de Honduras. Y si usted mira hoy los pronósticos electorales de Honduras, esos mismos sectores están siendo golpeados por haber hecho el golpe. La suspensión temporal de Paraguay como socio pleno del Mercosur no fue el único eje del debate de los cancilleres: también originó dos episodios que tuvieron una veloz repercusión. El primero lo produjo un diputado paraguayo del Parlamento del Mercosur, Ignacio Mendoza, perteneciente al partido de Oviedo, quien intentó ingresar sin éxito al Hotel Intercontinental y luego buscó las cámaras para denunciar que el gobierno argentino le había prohibido el ingreso. Una mirada diferente, opuesta más bien, aportó otro diputado paraguayo en el Parlasur, Ricardo Canese, del Frente Guazú, que apoya a Lugo. “Quien ha usurpado el poder, Federico Franco, lo hizo a través de un proceso inconstitucional, a través de un golpe parlamentario que tiene bastante semejanza al que dio Adolfo Hitler en la década del ’30, utilizando también el Congreso, manipulando y violando los principios más elementales, el de la plena defensa en un juicio y del debido proceso”, denunció. El otro elemento central del debate fue la discusión sobre si la suspensión de Paraguay, que permitirá que el Senado paraguayo deje de obstaculizar ciertas medidas, facilitará la incorporación definitiva de Venezuela. “La situación de Paraguay no altera la situación de Venezuela”, aclaró Timerman. Era una forma de advertir que la aprobación de Venezuela como miembro pleno tendrá su ritmo, su cronograma y que una medida tan importante no será precipitada por esta coyuntura.<
Fuente: Tiempo Argentino
Viernes, 29 de junio de 2012
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