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Sáenz Peña Los agricultores esperan que el fenómeno de El Niño aporte la humedad que necesita el suelo Los daños provocados por la sequía, que vino de la mano del fenómeno de La Niña, podrían aminorarse si la campaña agrícola que se inicia tiene el acompañamiento de la humedad que los cultivos necesitan, esperándose en la zona rural que el fenómeno de El Niño traiga las lluvias que para los cultivos son sinónimo de una cosecha exitosa. En las últimas cinco campañas agrícolas “cuatro fueron Niña y, en general, el país estuvo produciendo con situaciones limitantes en cuanto a humedad del suelo y la disponibilidad de agua para los cultivos”, explica el ingeniero Pablo Mercuri, director del Instituto de Agua y Clima del INTA Castelar. A partir de ahora, del invierno que transcurre, ya comienzan a realizarse pronósticos para determinar cuál será el fenómeno que predominará en la próxima primavera y verano.
“Al momento actual los estudios y los datos que surgen de modelos dinámicos y estadísticos indican que este año agrícola no sería Niña sino que las posibilidad son que sea Niño o que sea neutro”, mencionó el profesional en declaraciones a Radio Mocoví. “Decimos posibilidades y no definimos porque todavía las probabilidades son cincuenta y cincuenta entre El Niño y el neutro, aunque algunos modelos indican con valores levemente superiores que hay más chances de que el fenómeno se corresponda con un Niño leve o moderado”, aclaró.
La expectativa en lo que sucederá con los fenómenos que hoy definen si las cosechas serán exitosas o si corren el riesgo de fracasar no tendrá respuesta certera hasta el mes próximo. “La evolución de las temperaturas en el océano es lenta y recién en julio y agosto estaremos en condiciones de confirmar si el año será Niño o neutro, porque a partir de ese momento la tendencia que se instala en el Pacífico ya no tiene vuelta atrás y continúa durante la primavera y el verano”, señaló Pablo Mercuri.
Dejar atrás la sequía
La ansiedad del agricultor chaqueño por saber si el año tendrá presencia del fenómeno de El Niño está directamente relacionada con la disponibilidad de agua que la naturaleza le ofrecerá para la evolución de los cultivos. La salida de la dañina Niña y el ingreso de El Niño quedara plasmado en los patrones de las lluvias y las temperaturas.
“Especialmente el impacto es sobre el régimen de lluvias porque los años Niño traen precipitaciones normales o superiores a las normales en grandes zonas del país y una de esas regiones que siente el impacto es la del NEA, que acumula con el fenómeno mayores registros pluviométricos”, comentó el ingeniero Mercuri, director del Instituto de Agua y Clima.
Lo saben bien los productores de esta parte del país que “en los años en los que impacta el fenómeno de El Niño, la agricultura se beneficia”. “Las posibilidades que sea Niño prevalecen, con precipitaciones levemente por encima de lo normal, aunque si es neutro no sería negativo porque las lluvias estarían dentro de los promedios normales de cada zona; cualquiera de las dos situaciones serían beneficiosas porque no hay nada peor que años continuos de déficit hídrico y sequía”, remarcó el profesional del INTA.
Impacto de La Niña y El Niño
El Instituto de Agua y Clima del INTA Castelar explica que “actualmente el océano Pacífico se encuentra en valores neutrales, lo que es común en el invierno”. “Los fenómenos El Niño, que refiere a un calentamiento por encima de lo normal en el Pacífico ecuatorial o La Niña que es un enfriamiento, se expresan en primavera y verano, o también puede suceder que las estaciones estivales sigan con los valores neutros del invierno, es decir sin ninguna anomalía en los valores de las temperaturas del océano”, resumió Mercuri.
Los fenómenos importan especialmente a la producción primaria porque impactan en el régimen de lluvias y temperaturas que marcan las condiciones climáticas en sobre esta parte del continente. En los últimos años se ha manifestado con mayor frecuencia La Niña que está directamente asociada con el déficit hídrico y la sequía en una importante porción del país, entre ellas el Chaco.
La intensidad del fenómeno depende de cuánto se calentó o se enfrió el océano Pacífico. “Por ejemplo el enfriamiento, asociado siempre a La Niña, fue muy marcado en el período 2008-2009 lo que se traduce en una sequía muy dañina que impactó en todo el país y que fue mayor a la registrada en esta última campaña”, dijo al hacer mención de una situación global y no focalizada en determinada región.
Fuente: Diario Norte
Lunes, 2 de julio de 2012
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