Ricardo Jaime está procesado por el mismo expediente
La justicia volverá a investigar a Schiavi en una causa por dádivas
La Cámara Federal revocó el sobreseimiento del ex secretario de Transporte. Un viaje a Río de Janeiro en un avión alquilado cuando trabajaba para el gobierno porteño, en la mira de las pesquisas.
Martes, 17 de julio de 2012
              


En setiembre de 2006, Juan Pablo Schiavi, uno de los principales imputados por la tragedia de Once que causó la muerte de 51 personas y heridas a otras 800, viajó a Brasil en un avión presuntamente alquilado por el empresario Claudio Cirigliano. Ese viaje forma parte de la causa en la que el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime está procesado y en camino a juicio oral, acusado del delito de “dádivas”. Jaime está procesado por “haber admitido dádivas en su carácter de funcionario”, pero también lo está Cirigliano, “por haberla ofrecido”.
Schiavi –quien está a la espera por una resolución que defina cómo quedará parado en la causa por el tren que se estrelló contra la punta del andén 2 de la estación de Once–, era entonces ministro de Planeamiento y Obras Públicas del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, durante la corta gestión de Jorge Telerman y tras la caída de Aníbal Ibarra arrastrado por Cromañón. El juez federal Claudio Bonadío, el mismo que tiene a su cargo la investigación por el accidente de Once, primero le había dictado “falta de mérito” y luego lo había sobreseído en la causa por el viaje a Brasil, pero la Cámara Federal, en una de las últimas decisiones que adoptó antes de la feria judicial de invierno que comenzó ayer, revocó el sobreseimiento por “prematuro”, lo convirtió en “falta de mérito” y ordenó “evacuar” una serie de medidas de prueba para “profundizar la investigación” y determinar eventuales responsabilidades.
El viaje por el que Schiavi aparece nuevamente investigado en una causa que involucra el delito de “dádivas” tuvo lugar el 8 de setiembre de 2006. Partió desde el Aeroparque Jorge Newbery con destino a Río de Janeiro, y regresó el 10 de setiembre. Los pasajeros fueron Jaime, su ex secretaria Laura Gouvert; su pareja, Silvia Elena Reyss; el vicepresidente de Trenes de Buenos Aires (TBA), Marcelo Calderón; el funcionario de la Secretaría de Transporte, Jorge Devoto; Schiavi y Sergio Claudio Cirigliano.
En el marco de la investigación por la tragedia del 22 de febrero pasado, Schiavi deslizó ante el juez Bonadío que desde su llegada a la Secretaría de Transporte había llevado adelante una severa política de control y límites a Cirigliano, con quien mantenía una tirante relación, entre otras cuestiones por la implementación de la tarjeta SUBE, mediante la cual aspiraba a controlar los subsidios que recibían los servicios de transporte de pasajeros que operaba el empresario.
En el viaje ahora bajo investigación, Schiavi era el único que no tenía una relación funcional, al menos directa, con Jaime. Según la resolución de la Sala Primera de la Cámara Federal, firmada por los jueces Jorge Ballestero y Eduardo Freiler, en sus descargos los imputados “se han referido a los viajes en que participaron señalando el carácter funcional de los mismos y resaltando la imposibilidad que tuvieron de conocer quién afrontó el costo de los vuelos ya que, dada la circunstancia que rodeó cada traslado, no era una cuestión que estuviera dentro de sus competencias, haciendo hincapié en que fueron convocados por el otrora titular de la cartera ministerial de Transporte, Ricardo Jaime, ignorando cómo había gestionado los vuelos”.
Ese argumento no alcanzaba a Schiavi. La Cámara entendió que el resto de los imputados apelaron a un planteo comúnmente denominado en la doctrina como "error de tipo". "Es decir, el error o la ignorancia por parte de los nombrados acerca de la realización del tipo objetivo, en otras palabras, acerca de que estaban aceptando una dádiva ofrecida en razón de su cargo”, precisó. Pero los jueces hicieron la salvedad con Schiavi: “Bajo esas aclaraciones, luce razonable el descargo de los otrora asesores de Ricardo Jaime, que dijeron haber acompañado al secretario de Estado por formar parte de su tarea y por haber confiado en su palabra”, pero “la explicación dada por los asesores del ex secretario de Transporte Jaime no puede analizarse en el mismo plano que la versión dada por funcionarios de primera línea como era por aquel entonces Juan Pablo Schiavi cuya jerarquía y funciones diferían notablemente".
Para el tribunal, “no es lo mismo que quien trabaja como asesor aduzca que confiaba en lo que decía y hacía el funcionario al que asesoraba a que esa confianza –prácticamente ciega– la invoque quien revestía un cargo de primera línea con las responsabilidades que eso supone. Los cargos, obviamente, también son importantes a la hora de encontrarle una explicación a la dádiva, los viajes”. En ese encuadre quedó involucrado Schiavi. «




Fuente: Tiempo argentino
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