Policiales
Escándalo en el SPB por una fuga de un penal de máxima seguridad
Marcelo Segovia había sido condenado una semana antes a 29 años de prisión por el crimen de Emiliano Martinó, ocurrido en 2010. Por el hecho fueron pasados a disponibilidad el director de la cárcel y otros cuatro funcionarios.
Martes, 24 de julio de 2012
              


El viernes, durante el recuento de presos, los guardias del penal descubrieron que Marcelo Segovia se había fugado. Las autoridades supieron de inmediato que estaban frente a un escándalo: hacía una semana que el reo había sido condenado por el crimen del comerciante Emiliano Martinó, baleado por la espalda en Ramos Mejía en los primeros minutos del 14 de junio de 2010.
Aunque no hubo un comunicado oficial de parte del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) que explicara el descuido, Tiempo Argentino confirmó que por el hecho ya fueron pasados a disponibilidad cinco autoridades de la Unidad 23 de Florencio Varela. También que Segovia escapó durante el horario de visita, en una jornada muy concurrida por los festejos del Día del Amigo, a la vista de todos. Lo curioso es que por su condición de reincidente, el tribunal que condenó a Segovia aconsejó su traslado a una prisión de máxima seguridad. La Unidad 23 cumplía con la exigencia.
El prófugo fue sentenciado el 13 de julio por el Tribunal Oral Criminal Nº 1 de La Matanza a la pena de 29 años de prisión por el delito de homicidio en ocasión de robo, en concurso real con portación de arma de guerra. Junto a él, también merecieron condenas –algo más leves–Gonzalo Prelis y Claudia Pérez.
El fiscal de aquel debate, Sergio Antín, no pudo disimular la indignación por la noticia. “El Servicio Penitenciario –afirmó– dio una pobre explicación. Dijeron que la última vez que lo vieron a Segovia fue en la visita del viernes, cuando estaba caminado por uno de los pasillos del pabellón con su novia y que se dieron cuenta de su fuga a la noche, en el recuento. Es muy extraño.”
La mujer que visitó al preso fue Natalia Vallejos, la misma que durante el juicio juró que hacía cuatro años que estaban separados.
“La fuga –dijo Antín– recién fue notificada hoy (por ayer) a la mañana, por lo que cuenta con dos días de ventaja en los que nadie lo buscó.”
Lo único cierto hasta el momento es que Segovia sorteó los controles y muros de un complejo y nadie supo explicar cómo lo hizo. Por tal motivo, el Ministerio de Justicia y Seguridad provincial separó de sus cargos al director de la cárcel, prefecto mayor Raúl Martínez; al subdirector de Seguridad, prefecto Mario Arapa; al subdirector de Asistencia y Tratamiento, subprefecto Jorge Elichiribehety y a los jefes del Sector Penal y de Talleres, al tiempo que inició un sumario administrativo con el fin de establecer las responsabilidades de cada uno.
El crimen de Martinó ocurrió cuando llegó con su esposa y su bebé a su casa de la calle Beruti al 100, y fue sorprendido por cuatro delincuentes. Luego de ser tomado como rehén en su camioneta, Martinó fue arrojado a la calle por los delincuentes en medio de un tiroteo con la policía, donde recibió un tiro por la espalda.



Fuente: Tiempo Argentino
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