Nueva medida en la investigación por la tragedia de febrero que dejó 51 muertos y más de 700 heridos
Once: el juez Bonadío ordenó una nueva pericia al motorman
El magistrado busca determinar con certeza si Marcos Antonio Córdoba sufrió un ataque de epilepsia. Los principales imputados de la causa apuntaron al conductor por el accidente.

Viernes, 3 de agosto de 2012
El juez federal Claudio Bonadío ordenó someter al motorman del tren que se estrelló el 22 de febrero pasado en la estación de Once a una nueva pericia médica para determinar, con certeza rayana en lo absoluto, si la tragedia fue su responsabilidad. Y si un ataque de epilepsia lo afectó en los momentos decisivos en los que hubiera podido evitar las 51 muertes y más de 700 personas heridas. Previo a resolver la situación procesal de la treintena de indagados (la parte troncal de la resolución ya está escrita y sólo falta definir detalles de las imputaciones, los procesamientos y los sobreseimientos), el magistrado dispuso por tercera vez una revisión médica a Marcos Antonio Córdoba. Un primer reporte consignó que su cerebro registra "actividad epileptiforme interictal en regional frontal izquierda". De esas siete palabras se valieron los principales imputados –entre ellos los directivos de TBA y el ex secretario de Transporte Juan Pablo Schiavi– para descargar sobre sus hombros la responsabilidad exclusiva por la tragedia.
Bonadío no está convencido de ello. De hecho, por esa falta de convencimiento dispuso un nuevo examen, esta vez más profundo, detallado, sofisticado y prolongado en término de horas. Fuentes judiciales explicaron que se analizará la actividad cerebral de Córdoba, sometido a distintos estímulos, dormido y en vigilia, agitado y en reposo. "Es como si fuera un holter cardíaco", graficaron las fuentes. Si bien es imposible reproducir el momento del siniestro, y menos aún establecer si Córdoba sufrió un ataque de epilepsia, los datos que se obtengan de la nueva experticia podrían determinar si en el pasado el motorman padeció episodios de esta naturaleza. Cuando prestó ampliación de declaración indagatoria, el conductor negó siquiera conocer que tenía tendencia a la epilepsia. "Yo puse la posición de neutro e hice todo el servicio con la aplicación manual de freno, que no impide el frenado, sino que estaba en pleno conocimiento, yo no me había desvanecido, yo hice todo manualmente con la manija de freno."
Si bien se trata de estudios de alta tecnología, no insumirán mucho tiempo. Dos días, tal vez tres, bajo supervisión de facultativos del Cuerpo Médico Forense. Córdoba fue citado para ayer, pero a última hora no estaba claro que la pericia ya se estuviera realizando. En realidad, el estudio médico estaba previsto para el 18 de julio, pero no se concretó ese día.
Si todo sale como está pautado, entre lunes y martes de la semana próxima habrá material para sacar conclusiones. Ese dato no es menor, pues desde la última indagatoria ya transcurrió el plazo indicativo (no obligatorio) de diez días hábiles de que dispone el juez para resolver las situaciones procesales. Ayer circuló la versión que indicaba que Bonadío evaluaba llamar a ampliación de indagatoria a un puñado de acusados. Sería, en caso de concretarse, el paso previo a los procesamientos –que los habrá–, los sobreseimientos (que también aparecen en el horizonte) y las sorpresas, que por ahora son sólo una hipótesis.
El juez Bonadío ya imputó a una treintena de personas por el trágico accidente en la estación Once del ex ferrocarril Sarmiento. Esa lista incluye a los principales responsables de la empresa TBA, Claudio, Roque y Antonio Cirigliano. Tras la intervención a la compañía, dispuesta días después de la tragedia, el gobierno resolvió, en mayo pasado, rescindirle la concesión del servicio. Por el accidente de febrero también están imputados los ex secretarios de Transporte Juan Pablo Schiavi y Ricardo Jaime.
Fuente: Tiempo argentino