Los padres ya no los piden como antes
El Día del Niño llega con un alto rechazo a los juguetes bélicos
Según la cámara del sector, la industria nacional ya no los fabrica. Algunas cadenas también adoptaron la política de no venderlos. En provincias como Córdoba y Santa Fe prohibieron la venta de réplicas de armas de fuego.
Sábado, 11 de agosto de 2012
              

Lloren, chicos, lloren." La frase fundacional del márketing infantil está más vigente que nunca. Las multinacionales jugueteras invaden con publicidades televisivas y pretenden generar un efecto "Hamelin" en los niños para introducir todo tipo de artículos. No obstante, chocan de frente con un nuevo paradigma lúdico, orientado por padres y productores nacionales, y que rechaza los juguetes denominados bélicos: réplicas de armas blancas y de fuego y juegos que revivan situaciones violentas. Algunas provincias, incluso, ya prohibieron la oferta.
Miguel Faraoni, presidente de la Cámara Argentina de Jugueteros, afirmó a Tiempo Argentino: "Hace una década que la industria nacional no fabrica juguetes bélicos porque los padres dejaron de pedirlos. Los que se venden son importados y están apoyados por fuertes campañas publicitarias."
El hombre también dijo que la venta fue decayendo junto con la pacificación social, reconoció que todavía quedan cuchillos y espadas y que en la actualidad "las madres buscan juguetes educativos, para agilizar la mente".
Cierto es que la demanda de juguetes está mayormente determinada por la oferta televisiva.
Así, los productos "con licencia" –como se los llama en el gremio– se venden más que los tradicionales. Dentro de ese universo, las nenas se desviven por la rubia articulada más famosa y toda su serie de productos, entre ellos, una caja registradora.Los nenes, por su parte, con los muñecos del Hombre Araña y la Guerra de las Galaxias y los autos a control remoto.
Dos fuentes de la cadena Cebra revelaron que, entre las preferencias también están los "Ners", un kit bélico que incluye dos lanzadores Furyfire de alta capacidad, 20 dardos, dos chalecos para llevar puntaje, y dos gafas. Lo produce la firma Hasbro, la segunda corporación con presencia mundial luego de Mattel. Ambas son estadounidenses.
Martín, de El Mundo del Juguete, explicó que la firma no vende réplicas de armas, tanto por política como porque muchos padres no quieren comprarlas. No obstante, se ofrecen espadas con luz y sonido con licencia de Toy Story y Ben 10 y, en verano, pistolas y escopetas de agua
El hombre opinó: "Hay un cambio en la sociedad en general desde hace cinco años porque hay un cambio en el concepto del juego. Hoy le regalás a un nene un revólver y se lo asocia más a la delincuencia."
La licenciada en Educación Daniela Pelegrinelli explicó que "el análisis de los juguetes y videojuegos puede dar pistas de cuál es el trasfondo ideológico, que se transmite con o sin intención. Por ejemplo se puede observar el contenido del packaging de un GI Joe, ver las diferencias fisonómicas entre unos y otros soldados según el ejército al que pertenezcan. Es decir, en algunos casos las figuras de acción adquieren características sospechosamente identificables con las etnias que se consideran enemigas de Estados Unidos."
"La parafernalia de juguetes bélicos habla de la guerra y en cierto modo la glorifica, tal como los actos escolares lo hacían a principios de siglo XX, cuando en los libros de lectura se explicitaba que hacerse soldado era un honor al que cualquier alumno debía aspirar. ¿Cuánto de esto sobrevive en los disfraces de militares con que los niños celebran las efemérides?"
La mujer, que también dirige el Museo del Juguete en San Isidro, opinó que "desde la psicología hay una mirada más permisiva hacia ciertos juegos que podrían incluir la idea de matar y morir, asociándolos a modos de procesar experiencias traumáticas. Uno podría también posicionarse desde un punto de vista más político y decidir no poner a disposición de los niños y las niñas distintas formas de violencia encarnadas en juguetes, violencia de género, violencia de clase, violencia explícita de cualquier tipo." Sin embargo, el mercado sigue ofreciendo réplicas de cocinas, planchas y cochecitos para bebés y los niños que juegan en las publicidades televisivas son rubios y de ojos claros.
Finalmente, Pelegrinelli analizó: "Los modos en que se analiza el tema suelen ser simplificadores, ya sea desde la posición de que no por jugar con armas te vas a volver asesino como por la contraria, pensar que si jugás con ellas sí te vas a convertir en uno. El juego es una experiencia compleja, atravesada por muchos sentidos que provienen del campo social y del campo subjetivo, de la relación con otros y del contexto donde se juega, entre otras cosas. Creo que vivir en una sociedad que glorifica la guerra, o en una sociedad militarizada no es lo mismo que vivir en una sociedad democrática."
Mientras los padres comentan y discuten la compra para mañana, Pelegrinelli reflexiona: "Los juguetes reflejan esas cosas, porque de algún modo son delineados por los modos de pensar, las concepciones de juego y de niño que es dominante en el interior de esas sociedades. En Argentina, el repudio hacia la militarización o a la visión militarista de la sociedad va haciéndose más generalizado y es lógico entonces que mucha gente rechace eso mismo como parte de los juegos." «



leyes y propuestas como cambiar pistolas por libros

La Ley Nacional Nº 24.703, promulgada en forma parcial el 17 de octubre de 1996, prohíbe la venta en jugueterías de réplicas o imitaciones de armas que funcionen con gas comprimido y cuyos proyectiles sean balines de 4,5 milímetros o mayores. Tampoco podrían ofrecerse ballestas tipo pistola, con arco de metal y que arrojen dardos con punta de metal ni réplicas de objetos punzantes que cuenten con hoja de metal y contornos de filo.
La provincia de Córdoba fue la primera que prohibió las armas de juguete en 2004, mediante la sanción de la Ley Nº 9198. Dos años más tarde, Santa Fe se sumó a la tendencia, con la Ley Nº 12.677 que prohíbe "la fabricación, distribución y comercialización de juguetes que sean réplicas de armas de fuego", autorizando al decomiso, destrucción de la mercadería, multa y hasta clausura del establecimiento en caso de incumplimiento. Cabe destacar que dicha provincia ya contaba desde ese año con la Ordenanza Nº 11.342 sancionada por el Consejo Deliberante, que prohíbe "la fabricación, venta y/o distribución de juguetes que sean réplicas de armas de fuego y/o elementos de tortura en todo el ejido municipal", así como también la "publicidad o formas de difusión que directa o indirectamente incite a la utilización de dichos juguetes."
Para este día del niño, el Concejo Municipal de la capital santafesina distinguió (y continuará haciéndolo) a las jugueterías que no comercialicen juguetes bélicos.
También en Neuquén existe una propuesta similar. Es la del diputado provincial Darío Lucca, quien cree que hay que prohibir la fabricación, venta y promoción de juguetes que repliquen armas reales. La iniciativa tiene por objetivo "evitar la utilización de dichos juguetes por parte de delincuentes y además, la familiarización de los niños con el uso de dichos objetos", según se explicó por su oficina de prensa. Lucca propuso un canje que "consistirá en la entrega de un juguete bélico, a cambio de libros u otros juguetes con el fin de promover el desarrollo de actividades creativas y pacíficas". En la provincia de Buenos Aires, Corrientes y Tucumán existen proyectos de igual tenor que aguardan ser tratados y aprobados.
En la Ciudad de Buenos Aires, los legisladores Claudio Presman y Rubén Campos hicieron su propuesta parlamentaria en 2010 para que se prohíba en el ámbito de la ciudad "la fabricación, distribución, acopio y comercialización de juguetes que sean réplicas de cualquier tipo de armamento real, tales como armas de fuego, armas blancas o cualquier otra que tenga características que por su uso incite a la violencia". El proyecto establece multas a los infractores de la disposición que van desde multas de 1000 a 50 mil pesos.



fabricantes de alegrías

Mario del Gizzo tiene 75 años pero asegura que todavía recuerda un día de cuando tenía seis. Un día de 1943 en el que equilibristas alemanes caminaron sobre un alambre entre el Obelisco y un edificio de Carlos Pellegrini. Esa imagen fue inspiradora.
"Empecé a fabricar juguetes a los once años y uno de los primeros fue este." Un anular señala a un equilibrista hecho con madera,plástico y alambre apoyado sobre un cable que atraviesa todo el largo de una de las vidrieras de la librería y juguetería El Globo Rojo.
Mario trabaja junto a su hija Andrea y su cuñado Alejandro en la fabricación de juguetes artesanales. Piezas únicas que van desde los 30 pesos en adelante y que, según sus creadores, "llaman la atención de los niños porque la pieza les permite ver de qué está hecho y ellos pueden tocarlos, ya que no vienen empaquetados".
Este equipo de creadores con taller en la calle 33 orientales, en Boedo, hace a partir de los deshechos diarios.
Así, la materia prima puede ser una maquinita de afeitar usada, tapitas de gaseosa, envases de productos de limpieza, viejos juguetes rotos, cables y todo aquel objeto que para el grueso de la gente es basura, pero que para Mario es la semilla de una sonrisa.
Será por eso que afirma con convicción: "Yo nací para crear."




Fuente: Tiempo argentino
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