Crisis Politica Italia: cómo es el proceso de formación del gobierno El régimen político italiano está basado en un sistema parlamentario, donde el primer ministro es electo por el Poder Legislativo y recibe el encargo del Presidente de la República para formar un Consejo de Ministros que debe lograr la aprobación legislativa.
La designación de Mario Monti como senador vitalicio, primero, y como primer ministro, después, puede seguramente haber llamado la atención de muchos de los que desconocen el funcionamiento del sistema político italiano.
El mecanismo mediante el cual se da lugar a la formación de un nuevo gobierno no es partir de elecciones generales –como suele suceder en los regímenes de tipo presidencialista donde los cargos ejecutivos son electos mediante el sufragio popular-, sino de elecciones legislativas que, a la luz de los reordenamientos de fuerzas que producen al interior del Parlamento, determinarán el cambio.
El gobierno, por lo general, es una combinación de alianzas tácticas y circunstanciales. Así fue el caso del último gobierno de Silvio Berlusconi que reunió a su partido, Popolo delle Libertá, con la agrupación de extrema derecha, la Lega Nord. La ruptura y alejamiento de decenas de legisladores oficialistas fue, en última medida, la razón de la dimisión de Berlusconi.
En un sistema parlamentario, el Presidente de la República cumple el rol de garantizar el cumplimiento de los mecanismos y requisitos legales. Por este motivo, Napolitano fue el encargado de designar como senador vitalicio a Monti –condición sine qua non para su nombramiento como cabeza de un nuevo Ejecutivo.
Una vez elegido como el futuro primer ministro (en realidad, presidente del Consejo de Ministros), Monti debe iniciar una ronda de conversaciones con los partidos con representación parlamentaria con el fin de obtienen un consenso parlamentario lo suficientemente sólido para garantizar la estabilidad del gobierno. Es que, en caso de entrar en una etapa de crisis, el gobierno puede verse sometido a una moción de confianza en el Parlamento que, de no superarla, deberían ser convocadas elecciones anticipadas para elegir un nuevo Parlamento.
La particularidad de la experiencia que debe afrontar Monti es que no solamente deberá reunirse con los partidos que cuenten con bancas en el Congreso para llegar a un acuerdo, sino que deberá entablar un diálogo con los sindicatos. Este último aspecto no está incluido en el marco formal, sino que es un recurso de emergencia ante el creciente descontento social producido por los planes de ajuste. Monti deberá contar no solo con el apoyo de las principales formaciones políticas, sino también con el apoyo de las direcciones sindicales.
Lunes, 14 de noviembre de 2011
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