Sociedad Sólo dos alimenticias hicieron caso a Caputo: salvo Molinos y Unilever, el resto no suspendió listas con aumentos de precios  Mientras el Gobierno mileísta celebra un dólar que se disparó poco, artificialmente sostenido por la deuda con el Fondo Monetario (FMI), hay un mercado que le cree menos o al menos duda de la estabilidad cambiaria que venden los libertarios: es que, a pesar del ruego del ministro de Economía, sólo dos empresas pusieron en suspenso las listas de precios con aumentos que enviaron a los supermercados. El gigante Molino Cañuelas, con deudas con el Estado, no se baja del 9%.
El resto aún no definió como seguir, pero se han dividido en dos grandes grupos: los que resisten sin ceder aumentos, y aquellos que, ante los datos de catástrofe que muestra el consumo masivo, piensan si habrá caídas mayores de la demanda con precios más altos.
Hay dos casos emblema, según la información a la que accedió Página I12. Por un lado, Molinos Río de la Plata y la multinacional Unilever, por pedido oficial, suspendieron de manera momentánea las listas, con aumentos de hasta el 12 por ciento. Por otro, un gigante del aceite y las harinas, Molino Cañuelas, se niega a bajar los aumentos de hasta el 9 por ciento que mandó a las grandes cadenas.
Este caso es curioso, porque la firma de la familia Navilli, que tiene el 23 por ciento del negocio de los farináceos, fabrica galletas como el 9 de oro y el aceite Cañuelas, tiene un proceso de quiebra y deuda con el Banco Nación. Según fuentes que conocen el paño, es ése uno de los temas que la motivan a aumentar precios. También el nivel de consumo, que está desplomado y sin perspectivas de reponerse en abril.
En las últimas horas, Caputo incrementó en este escenario de intento de control de precios el llamado a empresas para que vuelvan atrás con las listas. Y aceleró con pedidos a supermercados y mayoristas para que se sostengan en la posición de rebotar aquellas listas de empresas que insisten con las subas. Incluso les ordenó a funcionarios nacionales que salgan en redes con una postura que, en realidad, es una contradicción: que marquen que no hay devaluación pero que, a la vez, le pidan a la gente que no les compre a empresas que aumentan.
Curioso si la idea era dejar en claro que la devaluación no se fue a precios. Lo hicieron los laderos del ministro, el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem; y hasta el propio Milei utilizando una caricatura de Nik en la que se pedía que no les compren a las empresas que suben los precios.
Caputo festeja, pero se queja
En este contexto, el funcionario nacional usó su cuenta en la red social X para exigir un pedido de disculpas públicas de quienes anunciaron que la salida del cepo significaba una devaluación. Lo hizo en la apertura de las operaciones de este lunes cuando la cotización de la divisa se ubicó en $ 1.060.
De este modo, escribió: “Dólar en $ 1.065 en este momento, por debajo del dólar oficial, previo a la salida del cepo. Habría que esperar una catarata de colegas y periodistas pidiendo disculpas por decirle a la gente que habíamos devaluado, pero seguramente no va a suceder”. Y remató con el posteo de que “una vez más, hicimos lo que dijimos que íbamos a hacer, y pasó lo que dijimos que iba a pasar”.
Es importante destacar, para comprenden el contexto, que Caputo habla de listas a supermercados, pero nada dice de subas fuertes que no volvieron atrás y son de otros rubros: la referencia es para el impacto en electrónicos, cemento, insumos industriales y autos, que sostienen el pase de la devaluación a los precios.
Vale decir, además, que lo que el Gobierno está peleando ahora es bajar listas de aumentos que se dieron post devaluación pedida por el acuerdo de deuda con el FMI. Es decir, no trabaja sobre las remarcaciones preventivas que se hicieron en las dos semanas previas, que golpearán en la medición de inflación del mes de abril. El cálculo de las firmas es que la estabilidad cambiaria es “temporal”.
No son los únicos que lo ven así: el Banco JP Morgan, el que elabora el Riesgo País que siga sin bajar desde la salida del cepo, auguró no más de dos meses de calma cambiaria hasta que el atraso vuelva a hacer estragos, todo con una inflación elevada.
En el medio, al Gobierno la situación se le escurre como agua entre los dedos: mientras les apunta a algunos jugadores en los grandes hipermercados, por fuera de ese canal hay un desborde de precios. Es decir, las mismas empresas que le dicen que no subirán al Gobierno en las grandes superficies, pasan listas de precios muy altas en los comercios de cercanía. El caso emblema es Coca Cola, que reportó subas del 20% en quioscos y comercios barriales y supermercados chinos.
Página 12
Martes, 22 de abril de 2025
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