RIVER Novela con final feliz 
Mientras Ramón sigue esperando un enganche, ayer se entrenó por primera vez Juan Manuel Iturbe, quien no jugaba en el Porto de Portugal. El pibe del Sub 20 firmará hoy su contrato. Por: Ignacio Sbaraglia
En los últimos días la cara de Juan Manuel Iturbe sufrió un gran cambio. Aquel rostro aburrido, ofuscado y con frío del invierno portugués que mostraba a todo el mundo vía Twitter comenzó a mutar el lunes cuando le confirmaron que iba a ser jugador de River. Para el miércoles ya se había modificado tanto que cuando pasó por la clínica a hacerse los estudios médicos y a hablar por primera vez como jugador millonario, la boca se le había estirado al punto que le era imposible esconder ocultar la sonrisa. No podía ocultar su felicidad; ni siquiera lo disimuló cuando lo hicieron correr como un velocista bajo el sol en su primer día con sus nuevos compañeros: la mueca de alegría superó a la del esfuerzo. Su cara sufrió un gran cambio en los últimos días porque Juan Manuel Iturbe volvió a ser feliz. Después de casi no jugar en el Porto, el atacante de 19 años no la estaba pasando bien en su estadía en Portugal. Necesitaba volver a sentirse un futbolista y River le dio desde ayer esa posibilidad, al menos hasta junio. Por eso lo quiso compartir con sus seres queridos, y arribó al predio de la AFA en Ezeiza con su padre, su primo y un amigo. Los tres vieron cómo lució primera vez el escudo de River en el pecho –aunque haya sido en una remera roja de entrenamiento– y también observaron cómo el preparador físico lo mandó a correr a toda velocidad al costado de las canchas, mientras que el resto del plantel disfrutaba del fútbol tenis. Más allá de la compañía de los suyos, no todas fueron caras nuevas para Iturbe en su primer día en River. En esas mismas canchas y como jugador de la Selección Sub 20 había conocido en 2009 a Leandro González Pírez, Ezequiel Cirigliano, Mauro Díaz, Gabriel Funes Mori y Germán Pezzella, y hace un mes, a Manuel Lanzini y Matías Kranevitter. Fueron los más grandes los que le dieron la bienvenida y los que intentaron hacerlo sentir como en casa en su nuevo grupo de trabajo. Pezzella lo busco no bien terminó de realizar sus trabajos de recuperación, mientras que González Pírez le dijo que si necesitaba cualquier cosa, no dudara en llamarlo. Aunque fue uno de los más chicos el que lo había cebado para ponerse la banda. “Venite que vamos a salir campeones”, le había dicho Lanzini hace un mes y la cara nueva de River le hizo caso. Ahora los dos tendrán que trabajar para cumplir con la segunda parte de la propuesta, pero ayer Iturbe dio su primer paso. Esta tarde, dará el segundo al firmar su contrato y ser presentado. Todavía no se sabe si sostendrá una camiseta o si se la probará. Lo que sí es seguro es que en su rostro habrá una sonrisa.
Fuente: Infonews
Viernes, 1 de febrero de 2013
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