A 10 años del hambre, horror y miseria
Crisis de 2001: Movimientos sociales, los actores inesperados
El 19 y 20 de diciembre de 2001 formaron parte de un levantamiento popular histórico donde ciudadanos con diferentes intereses convergieron poniendo en jaque al modelo neoliberal. Los movimientos sociales a partir de la crisis de 2001 supieron ganar el reconocimiento del Estado.
Martes, 20 de diciembre de 2011
              


Hace diez años Argentina vivía una jornada de lucha y resistencia donde miles de personas salieron a las calles a manifestarse contra el sistema político y económico que dejó al pueblo en la miseria y la desocupación.

El 19 y 20 de diciembre de 2001 formaron parte de un levantamiento popular histórico donde ciudadanos con diferentes intereses convergieron y provocaron la caída del gobierno de Fernando de la Rúa poniendo en jaque al modelo neoliberal implantado en los años de oro del menemismo.


Los movimientos sociales agrupados e independientes tomaron las calles al grito de “que se vayan todos”, acompañados con una comparsa de cacerolas. Víctimas de gobiernos que vaciaron la economía y resignaron la política cipayos del imperio del norte.
Con millones de desocupados, que deambulaban por las calles, la crisis no solo castigó al pueblo pobre y trabajador, sino también a la clase media o pequeña burguesía, a la cual le confiscaron sus ahorros en el llamado “corralito financiero”, que no fue más que el salvataje para el sistema bancario.

Pero en la Argentina de los ´90, la huelga o piquete como forma de reclamo empezó a ser de uso común, producto de la desocupación estructural que sufrían las grandes masas trabajadoras. Sus inicios se remontan a Cutral-co y General Mosconi, protagonizados por los empleados en defensa de sus puestos de trabajo. Estos fueron vilentamente reprimidos y un proyectil de la policía hirió en el cuello a Teresa Rodríguez, una empleada doméstica de 24 años que horas después murió en el hospital.

El diputado por el FpV y referente provincial del Movimiento Evita, Fernando “Chino” Navarro recordó los acontecimientos de 2001 y destacó el rol de los movimientos sociales. “Los sectores medios participaron con las cacerolas, pero los que le pusieron dinámica a la protesta fueron los sectores ligados a las organizaciones políticas y sociales. Ellos, aunque en los ´90 eran minoría con mucho valor y compromiso, ya estaban en las calles reclamando sus derechos”.

En el mismo sentido Juan Carlos Alderete, dirigente de la Corriente Clasista y Combativa recordó una de las manifestaciones más importantes realizadas en el partido de La Matanza. “Con los trabajadores cortamos la Ruta 3 en Isidro Casanova y resistimos durante 18 días hasta llegar a un acuerdo con los gobiernos provincial y nacional para firmar un contrato social”. Así el “Matanzazo” se constituyó en un ejemplo de organización, lucha unitaria e integración entre las organizaciones territoriales.
En pocas horas la Plaza de Mayo se convertiría en el escenario de un combate. Pero ante las primeras revueltas del día 19, De la Rúa declara el Estado de Sitio, lo que generó más bronca en el pueblo que salió a la calle dispuesta a dar batalla sin imaginar que serían ferozmente reprimidos dejando un saldo de 39 muertos.

“La represión no se dio solo en la Plaza. En las calles de La Matanza, tuvimos 112 heridos con balas de plomo. Los servicios de inteligencia también hicieron lo suyo alimentado el miedo del pueblo diciendo que de otros barrios vendrían a robarnos o saquear nuestras casas. Esto genero más violencia entre los vecinos”, afirma Alderete.

Con una previsible carencia de audacia política De la Rúa renuncia a la presidencia dejando al país al borde de una guerra civil. “Si bien preveía un final caótico, no imaginé que ordenarían reprimir indiscriminadamente.

Quienes marcharon y ofrecieron sus vidas son víctimas que añoro y revindico porque fueron los que objetivamente murieron deseando una Argentina diferente y plenamente justa”, sostiene Navarro.

Pero, Alderete rescata que la crisis ayudó a forzar la empatía de la burguesía hacía la clase pobre. “Antes de 2001 los movimientos sociales éramos atacados por los sectores altos porque nos asociaban a la delincuencia. Lo del corralito nos ayudó a que los que no sufrían de hambre se pusieran en nuestro lugar”. Y agrega, “la frase que se vayan todos me va a quedar marcada para toda la vida”.

El proceso de transición para salir a flote luego de la crisis con Néstor Kirchner en la presidencia volvió a poner a la política al servicio de los sectores más humildes, como cuando se hacía política por convicción y no por profesión. “Todavía no salimos de la crisis, Néstor nos sacó del infierno pero aún estamos a caballo”, sostuvo el diputado.

Hoy, los movimientos sociales tienen un reconocimiento del conjunto de la sociedad pero aun no supieron construir un poder político que tenga correlato en ámbitos institucionales. Esto responde, al 65 por ciento de trabajadores que permanecen en la informalidad y eso también se expresa en la representación política.
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