River Teófilo, el nombre del gol  Gutiérrez abrió el camino para la clasificación de River a los cuartos de final de la Copa. Jugó con libertad por las puntas y siendo asistidor porque, dijo, no le gusta ser el nueve. “Es importante poner el sello”, comentó.
A Teo Gutiérrez no le gusta jugar de nueve, porque se considera desequilibrante como libre pensador dentro del área. Entonces, resuelve dónde esperar la llegada de la pelota como quien se para en la parada de un colectivo. Al pie, para ofrecer un desborde como un antiguo wing –en ambos perfiles– y asistir a un compañero. O a la carrera, para fastidiarse porque en esa parte de su película en River la cinta patina y se enrieda. “No hice la pretemporada con el resto del plantel y esta seguidilla de partidos la estoy sintiendo. De todos modos, me siento de menor a mayor”, reconoce el delantero colombiano, autor del gol que abre el camino para que el equipo que dirige Ramón Díaz se meta entre los ochos que van a definir el título de la Copa Sudamericana. Ese gol, a los 35 minutos del primer tiempo, llega en uno de esos momentos donde el murmullo de la platea –de vez en vez– comienza a ser un moscardón ante cada pase impreciso o jugada sin resolución. Magia y sentido común de Manuel Lanzini para ubicarlo de frente al arco, sin arquero, y que Gutiérrez solamente tenga que empujarla a la red para ese 1-0. Lo grita, Teo. Sale en una corrida con dejos de bronca –tal vez porque su rendimiento no es el que espera el público y tampoco el que él está convencido de dar– y de alegría hacia una de las esquinas del estadio Monumental para besarse la camiseta una, dos y tres veces. Ahí, justo en el corazón y en el escudo. Muestra, de algún modo, ese sentido de pertenencia con los colores y se saca espinas recientes de un mano a mano postergado y que no le permite ser, definitivamente, ese colombiano que en su paso por Racing se anotó como un rockstar del fútbol argentino entre goles y actitudes. “Gracias a Dios y a mis compañeros, pude anotar. Es importante poner el sello en esta instancia de la Copa”, dice un Gutiérrez auténtico. Es el segundo gol que Teo anota desde su llegada a River. El primero, en su debut contra Colón, para el 1-2 del descuento. Similar al que le hace a Loja, la empuja desde el área chica. El mérito, para un futbolista que se destaca –por lo menos así lo documentan sus goles en la selección Colombia y en Racing– por definiciones bellas y de categoría, es menor. Y Teo lo sabe, sin embargo, al menos le queda esa sensación de haber pasado y estado en el momento justo en el lugar indicado, con la libreta del goleador en el bolsillo. Inquieto, en este partido frente a los ecuatorianos, se suelta de la correa que lo había puesto en el centro del área –al menos en esa fantasía de estar frente al arco– para correr con libertades y descargar asistencias. Eso, también, forma parte de una personalidad que viene en el mismo envase. “No me gusta jugar de nueve”, insiste. A Teo le piden goles, porque es lo que necesita River y por lo que ha invertido tiempo y dinero. Este gol, al margen de la exigencia del rival y de la competencia, le da a Gutiérrez cuerda para tal vez endulzar su ego justo antes de iniciar la semana previa a lo que será el clásico frente a Boca. “La gente se merece esto, estos fueron unos días muy lindos”, avisa el colombiano que juega de 29. Libre, y con el gol en la mano.
Viernes, 27 de septiembre de 2013
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