La provincia de Chubut está conmocionada por el caso de abuso que involucra a un grupo de agentes, sospechados de haber vejado a un adolescente de 16 años que había sido detenido por un incidente en la vía pública. Y el estupor se potenció en las últimas horas, porque la víctima brindó su testimonio a la Justicia mediante Cámara Gessel.

Entre los golpeadores enseguida reconocí a Treuquil (cabo de la policía), porque va a la misma iglesia evangélica a la que va mi mamá. Fue el que más me cagó a palos. Me dio también con la hebilla del cinto”, relató el muchacho.

“El que me metió al calabozo era un grandote (presumiblemente el cabo primero Muñoz). Tenía rejas en la entrada y adentro estaba oscuro. Me tapaban los ojos con un guante, estaba esposado con las manos contra la pared. Eran cuatro los que me golpeaban y me decían: ‘Ahora vas pedir por tu mamá’”, amplió la víctima.

El testimonio, reproducido por el diario Jornada, continúo con detalles cada vez más escabrosos: “Ahí fue que me bajaron la ropa y me metieron el machete en el ano. Yo cerraba los ojos con fuerza y esperaba que todo terminara. No se cuánto tiempo pasó. Solo quería agarrar un arma y pegarme un tiro. Lloraba y me costaba respirar. Luego me sacaron afuera con lo pantalones bajos y me tiraron agua”.

Luego de haber vivido esa pesadilla, el adolescente contó: “Pedí ir al baño. Sentía mucho ardor. Al salir vi a mi novia esposada. Después me largaron. Fuimos con mi mamá al Hospital, me encargaron algunos estudios y a la noche me animé a contarle lo que me habían hecho dentro del calabozo”.

Por el hecho se encuentran imputados nueve policías: cinco cumplen prisión preventiva y los cuatro restantes recuperaron su libertad pero no pueden acercarse a la víctima, familiares ni allegados.

A pesar de esta limitación, un testigo debió abandonar la provincia porque recibió intimidaciones luego de declarar contra los agentes: al día siguiente de dar su testimonio fue atropellado por una moto policial y conocidos de uno de los imputados se acercaron a su familia.

El juez José Alberto García contó lo que le produjo escuchar el testimonio del adolescente en Cámara Gesell: "Sus dichos fueron muy claros y pude percibir su estado de desesperación. El hecho es de suma gravedad por las características de lo ocurrido y además por haber sido protagonizado por policías dentro de una comisaría. No soy psicólogo pero sí puedo presumir daños inconmensurables en la psicología del menor”.

Por el mismo camino fue la opinión de la fiscal general Mirta Moreno, quien afirmó que “lo que le ocurrió al adolescente es como si hubiese recibido un balazo en su psiquis”.
Infobae.com