Tras la erupción volcánica
En el sur esperan una mejor temporada
La región todavía no logra recuperar el flujo turístico habitual, tras el desastre que produjo la erupción. La localidad más afectada es Villa La Angostura. Los operadores afirman que el 80% de la capacidad hotelera está en funciones.
Lunes, 17 de octubre de 2011
              


La vuelta de las cenizas a la capital porteña y el Conurbano llamó la atención de medios de comunicación y funcionarios, pero no sorprendió a los pobladores de la región patagónica que, tras cuatro meses de convivencia con la arena volcánica, están a la espera de una temporada de verano con mayor concurrencia de turistas respecto de las vacaciones de invierno.

“El 80% de la hotelería está operable, con predios limpios. Las imágenes que se transcribieron fueron muy fuertes y un evento natural queda en la retina de todo el mundo. La realidad es que no termina de recuperarse el flujo turístico normal, pero estamos centrando los esfuerzos en difundir que estamos en condiciones de recibir turistas y esperar que la gente nos vuelva a elegir”, explicó a Tiempo Argentino el presidente de la Asociación de Hoteles y Restaurantes de Villa La Angostura, Sergio Rossi.

El director del Servicio Meteorológico Nacional, Héctor Ciappesoni, confirmó que las cenizas afectaron ayer más a la región norte que la sur. “En Bariloche estuvo despejado y en La Angostura fue el mejor día del mes”, dijo.

Más allá de la expectativa, el desafío a futuro no es fácil. En esa zona, una de las más afectadas por el volcán, las cenizas cambiaron el paisaje y los hábitos. “Casi la mitad de los locales de la villa están cerrados porque resulta imposible seguir pagando los alquileres. Calculamos un 45% de desocupación. Hoy varios pobladores trabajan en la limpieza del bosque de arrayanes. Parques Nacionales busca que la trama principal de 12 kilómetros, esté transitable para el verano”, advirtió Marcos Arreche, vicedirector de Defensa Civil de La Angostura.

En esta localidad, la mayor parte de las cenizas son colocadas en una cantera ubicada en Puerto Manzano, con capacidad para 300 mil metros cúbicos. El otro gran depósito se ubica al otro lado de la ciudad, donde nace el camino a 7 lagos. “A medida que se saturan se buscan otros lugares, se rellenan y después se tapan con tierra para evitar que vuelen las cenizas”, señaló Rossi. Uno de los problemas al que se enfrentan los habitantes es la inutilidad del material volcánico. “Hay gente estudiando la posibilidad para hacer contrapisos o bloques, pero hasta ahora no fue exitoso el estudio.”<

Volumen

230 mil metros cúbicos de ceniza habían sido retirados hasta la semana pasada en toda la provincia de Neuquén, principalmente en Villa La Angostura.

Erupción y después

El volcán Puyehue entró en erupción en el sur de Chile el 5 de junio pasado. En pocas horas se evacuaron y trasladaron 3500 personas.

Científicos del programa ONU para el medio ambiente y de la unidad de desastres ambientales visitaron la zona para realizar un estudio.

La AFIP determinó la cancelación de obligaciones impositivas y previsionales en las provincias afectadas.

El Ministerio de Turismo de la Nación fue autorizado a redireccionar hasta 7 millones de dólares para limpieza de áreas clave para el desarrollo turístico.

“En La Angostura nunca dejó de caer material volcánico”

A cuatro meses de haber recibido el primer aluvión de cenizas, los 10 mil habitantes de Villa La Angostura viven sus días entre la naturalidad y la esperanza de que la naturaleza les haga un guiño, de cara a la temporada turística del verano de la cual depende la mayor parte de la economía lugareña.

Las cenizas también provocaron otro fenómeno: nuevos colores en la zona. “Hay pasajes irreproducibles. Lago Espejo tiene un color verde esmeralda espectacular, por la composición química de lo que cae, realmente es muy llamativo, antes no lo tenía”, comentó a Tiempo Argentino el presidente de la Asociación de Hoteles y Restaurantes de Villa La Angostura, Sergio Rossi.

Según informó el gobierno provincial ya llevan sacados más de 230 mil metros cúbicos de cenizas. Gonzalo Regis, que tiene a su cargo el portal local de noticias Diario Andino, contó que “el material que tira el volcán nunca paró, pero ahora tiene mucho vapor, lo cual hace que la nube sea muy alta, de unos tres kilómetros, y de un material mucho más liviano. En la villa pasó por arriba literalmente, donde afectó mucho fue en la Ruta 40, porque ahí la nube bajó, a unos 56 kilómetros de acá”.

En los aspectos cotidianos ya es una costumbre que los barrios altos no tengan agua pasadas las 17 hasta la medianoche. En el aspecto escolar, los docentes alertaron que en los chicos se percibe un alto grado de stress por no poder salir al aire libre, y el cambio de humor derivó en una baja del rendimiento.


Fuente: Tiempo Argentino
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