Espectáculos ¿Luciana Salazar está en peligro por su bajo peso? La modelo solía tener unas curvas naturales perfectas, al margen de su busto aumentado por un cirujano, pero desde que se separó de Martín Redrado se la ve más flaca que nunca. Luciana Salazar está tan delgada que sus curvas son casi imperceptibles cuando se la ve en eventos sociales o en televisión (y eso que dicen que las cámaras amplían el talle). La rubia no hace más que desahogarse en público desde que se separó de Martín Redrado, pero, ¿cómo impacta su estado de ánimo y su delgadez extrema en su salud?
Nota Relacionada: El secreto más buscado: ¿cuánto pesa Luli Salazar? Salazar, quien festejó sus 34 años el viernes pasado, estaría pesando apenas 38 kilos, una marca que podría ser considerada insuficiente si se tiene en cuenta que mide 1,62 metros, según su propia entrada en Wikipedia.
"Pesar 38 kilos puede ser poco sano para una persona que mide 1,70 pero posiblemente sano para una persona con una talla de 1,40", explicaron a minutouno.com las nutricionistas Daiana Daniel (MN.7630) y Florencia Lourenco da Cunha (MN.5560) de la Fundación Manantiales.
La modelo y otrora pulposa vedette está más cerca de la marca de 1,70 que la de 1,40, y su silueta es magra comparada con las curvas sinuosas que manejaba hasta hace no mucho. Así y todo, el peso ideal de la rubia puede no ser mucho más alto que el actual, si se tiene en cuenta su contextura pequeña y bien tonificada.
"No es lo mismo una contextura chica, que una grande. Ni un cuerpo con predominio de la masa muscular que otro con más masa grasa", señalaron las nutricionistas, conscientes de que no existe el "peso ideal" sino el "peso posible", que es "el que la persona puede lograr y con el que se siente cómoda".
Una persona adulta necesita un mínimo de 1800 calorías diarias para estar saludable, aunque también es necesario observar qué porcentaje de grasas, fibras, vitaminas y proteínas se consumen, y cuál es el régimen de ejercicios que lleva a cabo.
Para colmo, el cambio de Salazar podría deberse en parte a su mal momento sentimental: "El estado de ánimo influye en el apetito y, en consecuencia, en el peso de la persona. Puede provocar pérdida del apetito o incremento del mismo según la persona y lo que le esté pasando", aclararon Daniel y Da Cunha.
Fuente: Minuto Uno
Domingo, 9 de noviembre de 2014
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