Espectáculos Joaquín Phoenix, íntimo El famoso actor de films como Gladiador y Ella volvió a trabajar con el cotizado Paul Thomas Anderson en Vicio propio, que aquí se estrena el jueves. La fecha está anotada en la agenda de todos los cinéfilos locales: jueves 26 de marzo. Es el día del estreno de la nueva película de un director de culto como Paul Thomas Anderson, Vicio propio, donde Joaquin Phoenix demuestra que "todavía está aquí" y más conectado que nunca. La frase no es casual, ya que se trata de un guiño al falso documental I Am Stil Here, que casi arruina la carrera del actor, hasta que pudo regresar al primer nivel gracias a Ella, la original historia de amor de Spike Jonze, que en 2013 le dio nominaciones a los premios de la Academia, BAFTA, Globos de Oro y Critics Choice Awards.
En esta ocasión, el actor que participó de películas como 8 milimetros, Gladiador y Señales, entre otras, es Larry "Doc" Sportello, un investigador privado hippie de Gordita Beach, cuyo estado de conciencia alterado casi constante mejora sus capacidades de detección... o complica todo.
"Toda la película está diseñada para atraerte, y es una experiencia única en sí misma. Paul te conduce imperceptiblemente de una manera en que ni siquiera te das cuenta que te lleva a otro tiempo y espacio. ¡Y de pronto estás allí", dice Joaquin.
Para él volver a trabajar con Anderson –se conocieron haciendo The Master– no es otra cosa que "una experiencia soñada. Ni siquiera te parece que estás haciendo una película, solo sentís que estás dentro de este mundo. ¡Es tan fácil sentirse inspirado cuando trabajás con alguien así!”.
–¿Sos un actor que deja que el personaje crezca solo, a medida que vas filmando? –No intento controlar una actuación como solía hacerlo, y en realidad no hay manera de acercarse a alguien como Doc con ideas rígidas, con ninguna clase de certidumbre inamovible. Cuando trabajás con alguien como Paul, que no teme a lo impredecible, que está abierto a los descubrimientos, tenés esa clase de espacio. Y es entonces que descubrís algo que parece estar en un estado de flujo verdadero, que se siente vivo. Eso es lo que siempre busco.
–¿Qué es lo que buscás en un guión cuando te decidís a hacer una película? –Realmente no sé por qué tomo las decisiones que tomo. Si tengo que decir algo, sólo para poder dar una respuesta sólida en una entrevista sería, diría que por lo general es sólo un sentimiento. Es un poco como enamorarse. Realmente no se entiende, pero es algo que tenés que experimentar, y nada puede mantenerte alejado de eso que amás o deseás. Trato de encontrar razones, pero no entiendo completamente el porqué.
–Estás en la mayoría de las escenas de Vicio propio. ¿Se sintió el peso de esa tarea ardua, o fue divertido? –Me gusta trabajar todo el tiempo. Odio la idea de tener días de descanso. Los fines de semana son lo más difícil de atravesar si no tenés algo para hacer. Paul siempre me habló de cómo le hubiera gustado que pudiéramos seguir filmando, pero yo no estaba disponible para hacerlo. Ojalá pudiera. Me gustaría hacer siempre así; simplemente me maravilla como algunos de los otros actores trabajan un par de días y luego están fuera durante una semana. Katherine Waterston llegó y trabajó en el primer par de semanas, y entonces se fue como tres semanas. Y eso es tan difícil, volver después de tres semanas y estar en sintonía, manteniendo el tono. Yo tengo que estar allí cada día, y me parece muy difícil tener descansos.
–¿Siempre ha sido así? –Bueno, a veces no tenía otra opción. Pasó un tiempo antes de que tuviera la oportunidad de trabajar en algo cada día. Siempre empezás haciendo papeles secundarios. Recuerdo haber hecho Gladiador sólo trabajando en el primer par de semanas, y luego estaba fuera como tres semanas. Y fue muy difícil para mí volver a estar en sintonía cuando me tocó de nuevo estar en el set.
–Para esta película, ¿leíste el libro de Thomas Pynchon para aprender más acerca de tu personaje, o para vos ya estaba todo en el guión? –Paul me dio el libro primero, así que lo leí y luego vi el guión. Después volví y empecé a leer el libro de nuevo. Me puse a leerlo por segunda vez, y hacia la mitad, pensé: "No quiero saber esto muy bien. Quiero ser confundido por lo que está pasando." Así que sólo volvía al libro de vez en cuando. Sí hubo una escena donde yo estaba tratando de encontrar algo nuevo, y busqué ayuda en el texto original, así que hice eso. Pero Paul tenía esta manera de trabajar; me lo avisó. A veces se combinan personajes porque no se podía utilizar todos los personajes del libro. Él tomaba una líneas de diálogo de un personaje para aplicarlo a otro. Así que yo recordaba el diálogo, pero a veces me confundía porque Jade estaba diciendo algo, pero no me acordaba de que Jade fuera a decirlo. Así que realmente se creó este ambiente en el que yo estaba confundido y realmente nunca supe lo que iba a ocurrir a continuación o qué papel estaba interpretando en la historia en general. Le preguntaba a Paul cómo tenía que hacer para darme cuenta o cómo resolver una escena y él me decía: "No sé, descubrilo vos mismo." Eso me dio mucha libertad
–Al parecer, la relación con Paul Thomas Anderson es ideal. ¿Cuál es el ingrediente secreto para trabajar juntos? –Creo que cualquier persona que trabaja con Paul, se lleva muy bien con él. Es realmente incluyente, y es una persona cálida y atenta. Es una de esas personas que te hace sentir que sos importante y que tenés un valor. Incluso si no lo hace con palabras, hace algo para hacerte sentir parte. Y se merece todo el crédito por lo que pasa en sus películas. Una vez más, es como cuando te enamorás de alguien: ¡te gusta todo! En este caso fue igual: me gusta su actitud y me gusta la forma en que ve el mundo y que está siempre en busca de algo más. En una película, por lo general, como se tiene una pequeña cantidad de tiempo y las horas son tan caras, la gente de cine trata de hacer la escena en forma rígida y explicarte de qué se trata. Por ejemplo: en una escena en la que hay una discusión, eso es lo decisivo de la escena. Como Paul es realmente único, él va a decir, "Pero, ¿qué otra cosa está pasando? ¿Hay algo más que no se ha descubierto todavía?" Me gusta esa forma de trabajar. Mantiene a todo el mundo buscando y trabajando muy duro para encontrar algo inesperado.
–¿Eso significa que te anima a improvisar? ¿O de verdad tenías que atenerte al guión? –Quería atenerme al guión y al libro. Una de las cosas que es difícil cuando se adapta un libro que te gusta tanto, es el diálogo, que te encanta pero es distinto. Las palabras de Pynchon, el autor, son grandes. Recuerdo tratar de conseguir meter un diálogo del libro en una escena y no estaba funcionado. Yo no podía hacerlo a veces. Simplemente no se traduce. Y eso era realmente difícil. Pero, no, no había mucha improvisación, al menos de mi parte, aunque Paul rueda a menudo varias versiones de una escena. A veces le tirás cinco páginas de una escena y entonces él va a venir a decirte, "Tal vez deberíamos cambiar este cuadro de diálogo en torno a tal o cual cosa", y te deja hacer lo que quieras. Y aunque es probable que no va a utilizar eso, la sensación que te deja es buena, de confianza. Lo que se verá en pantalla es la que más se acerca a la versión escrita, seguro.
-Ha pasado tiempo desde Johnny & June - Pasión y locura, donde actuaste con Reese Witherspoon. ¿Cómo fue actuar con ella nuevamente en esta película? –Me encanta trabajar con Reese Witherspoon. Es una gran actriz. Es curioso, porque pasaron diez años, pero es como si nada hubiera cambiado, porque hicimos la primera escena, y ella estaba como diciendo: "¿Eso es lo que vas a hacer? Muy bien, bueno, yo voy a tener que guardar esto otra vez" (risas). Y yo estaba como diciendo: "Bueno, aquí vamos de nuevo." Y es verdad. Ella mejoró la película la última vez, y está genial en esta.
–¿Se puede hablar del look de tu personaje en esta película? ¿Cómo se logró ese estilo tan particular que se ve en pantalla? –Es un proceso. Yo diría que Paul y Mark Bridges, los diseñadores de vestuario, son, evidentemente, una gran parte de ese proceso. Paul me mostró fotos de Neil Young, en realidad. Él tenía los mismo tipo de patillas, y tenía este sombrero, una especie de sombrero de paja. Entonces sólo tuve que ir a la prueba de vestuario, donde hay todo tipo de ropa y sombreros para probar. En ese proceso sólo se ve qué es lo que va a funcionar y lo que no. Hay que ser maleable, y si las ideas que se tienen cuando se está sentado en una habitación solo leyendo el guión, después se modifican. ¡Lo que te parece estupendo, no lo es! (risas) Hay que dejarse guiar y que alguien te diga si te ves bien o no. Así que es realmente un proceso orgánico. Pero cuando se trabaja con gente que sabe, como Mark Bridges, se sabe que las opciones para elegir son las mejores.
–¿Qué te gusta hacer cuando no estás actuando? –Creo que la parte más emocionante de mi vida es cuando estoy trabajando. Y cuando no trabajo, me gusta una existencia muy sencilla, tranquila. Por lo tanto, no tengo nada realmente emocionante para informar.
–¿Considerarías trabajar en televisión, ahora que hay tantos grandes proyectos allí? –Sí, supongo que sí. Siempre estoy abierto a cualquier cosa, pero no sé, debería ver si me ofrecen algo interesante. Si hay grandes cineastas y buenos personajes, eso es lo que me interesa. Así que, si algo llegara, entonces podría hacerlo, sin dudas. «
(Producción: Nicolás Peralta)
La mirada de un genio llamado Paul Thomas Anderson
Cinco veces nominado al Oscar, Paul Thomas Anderson (Petróleo sangriento, Magnolia, Boogie Nights) escribió y dirigió, basado en la novela de Thomas Pynchon, esta film sobre drogas y la paranoia de una época.
Anderson, a quien los fans consideran el mejor director vivo sobre la tierra, también produjo la película. "Hay tristeza bajo el tema central de la trama de esta película", dice Paul Thomas Anderson, "una sensación de que la promesa que la gente sentía en esos tiempos estaba siendo destrozada. Y ese es un tema constante en el trabajo de Pynchon desde el principio. Cuando hice la película, estaba intentando ser un representante de la preocupación de Pynchon por el destino de Estados Unidos."
Él comenzó a escribir la adaptación mientras estaba trabajando en The Master, y fue un proceso duro. Inicialmente adaptó toda la novela, oración por oración, para poder trabajar con todos los personajes, giros inesperados y líneas de diálogo. Al mismo tiempo, estuvo pensando en cómo capturar visualmente la experiencia más apasionada de la novela de Pynchon.
"Mis mejores experiencias leyendo sus libros me sucedieron cuando permití que me inunden las imágenes de cómo se vería eso que leía", comenta Anderson. "Uno no puede resumirlo y a veces no se puede definir lo que es pero se siente."
Sobre todo, Anderson quería reflejar correctamente no sólo el gran laberinto de crimen y corrupción en el que cae el personaje principal sino también evocar las raíces de la fascinación de Pynchon con los años '60. "Los giros de Pynchon son complicados, pero valía la pena intentarlo", asegura. "Es divertido filmar la paranoia, todo es muy cinematográfico. Y Joaquin hace la paranoia muy bien."
Drogas, crímenes y personajes locos
Esta historia se sumerge en el brillo nebuloso y de neón de la contracultura estadounidense, a través de una versión psicodélica de una historia clásica de detectives. Vicio propio, adaptación de la séptima y más graciosa novela de Thomas Pynchon, es a su vez la séptima película escrita y dirigida por Paul Thomas Anderson.
Al film la protagonizan los nominados al Oscar Joaquin Phoenix (The Master, Johnny & June - Pasión y locura), Josh Brolin (Milk, Sin lugar para los débiles) y Owen Wilson (Los excéntricos Tenenbaums). También participan los ganadores del Oscar Reese Witherspoon (Johnny & June - Pasión y locura) y Benicio Del Toro (Traffic), Katherine Waterston (de la serie de HBO Boardwalk Empire) y el comediante Martin Short, así como Jena Malone , de la serie de películas Los juegos del hambre y Eric Roberts, entre otros.
Es una película intensa: cuando la ex esposa del investigador privado Doc Sportello se aparece de la nada con su novio actual y un plan raro, todo se complica. Es el final de los psicodélicos años '60 y la paranoia domina todo. Hay personajes para todos los gustos: de surfistas a estafadores, de drogadictos y rockeros a un usurero asesino. Obvio, hay detectives del departamento de policía de Los Angeles, pero también un tenor que toca el saxo trabajando encubierto, y una entidad misteriosa conocida como El Colmillo Dorado, que puede ser una artimaña para evitar pagar impuestos hecha por algunos dentistas. Todo es parte de esta comedia alucinógena, y un gran homenaje al mundo "pynchoniano".
Fuente: Todo Show
Martes, 24 de marzo de 2015
|