Deportes El balance argentino en los Juegos Panamericanos de Toronto 
Argentina se llevó 75 medallas al igual que en Guadalajara. Terminó con menor cantidad de doradas pero logró que más especialidades definieran el título.
Se terminaron los XVII Juegos Panamericanos de Toronto en Canadá y fue con una sonrisa para la delegación argentina, ya que el equipo masculino de vóley consiguió la medalla dorada ante Brasil luego de 20 años. De esta manera se trasformó en uno de los mayores logros para la disciplina.
Aunque más allá de la consagración del equipo conducido por Julio Velasco, Argentina igualó la cosecha obtenida en 2011 en los Juegos de Guadalajara (México). Había tres objetivos para esta competición: pasar las 80 preseas conseguidas en tierra azteca en 1955, lograr mayor cantidad de doradas que cuatro años antes y quedar por encima de Colombia en el medallero final. Si bien ninguno de los tres se cumplieron, es para destacar el aumento de plateadas y de las finales disputadas por representantes nacionales que estuvieron muy cerca de dar vuelta la historia.
Otro objetivo menos visible, era acercarse a las primeras posiciones en la mayor cantidad de deportes, para ampliar la base. Algo que sí se cumplió. En Toronto, 22 especialidades disputaron el oro en relación a las 16 de Guadalajara.
Colombia logró un evolución respecto a los Juegos anteriores, pero apuntaron a otro tipo de deportes en los que Argentina no tiene el poder de la delegación cafetera, como en levantamiento de pesas (ocho doradas), el ciclismo, el patín carrera y la gimnasia, que reparten muchas medallas.
Argentina obtuvo mayor cantidad de medallas (75) que Colombia (72), pero de ellas 27 fueron doradas contra las 15 argentinas (en Guadaljara fueron 21). Hay que tener en cuenta algunas cuestiones que le jugaron de manera negativa a la delegación celeste y blanca. En Toronto 2015 no estuvo como deporte la pelota paleta, especialidad que le dio cuatro oros a nuestro país en Guadalajara.
Además la ausencia de deportistas que en Guadalajara consiguieron medallas importantes también influyó. En el remo, ganó solamente un oro con más apoyo y presupuesto. En el equipo femenino se sintió que no estuviera Gabriela Best, múltiple medallista panamericana.
Entre los deportes de agua, en esta edición de los Panamericanos, Argentina cosechó una gran cantidad de logros aunque menos que años anteriores. El canotaje logró oro después del obtenido por Javier Correa en 2003, la vela aportó tres doradas aunque Julio Alsogaray (oro en 2011) finalizó sexto en Toronto y Mariano Reutemnan (plata en 2007 y 2011) ganó bronce, retrocedieron.
En este contexto hubo otros argentinos que no alcanzaron el oro por un mínimo detalle. La judoca Paula Pareto (perdió en el tiempo extra), el judoca Alejandro Clara (sufrió una lesión en un dedo y fue derrotado por una amonestación en la final), Los Pumas 7 (cayeron en la última jugada), el ciclista Catriel Soto (superado en la última media vuelta en mountain bike), la tiradora de 15 años Fernanda Russo (por una décima de punto), el golfista Tommy Cocha (quedó a un golpe) y el equipo de equitación también se adjudicó medalla de plata por apenas un punto de penalización.
Además, en Toronto la natación volvió a colocarse en lo más alto con Federico Grabich en 100 metros libres. También en Karate Julián Pinzás y Miguel Amargos. El resurgimiento de Germán Chiaraviglio que logró la mejor marca de su carrera y estuvo muy cerca de la dorada. El beach voley con Ana Gallay y Georgina Klug, dio una sorpresa muy grande al dejar en el camino a potencias en la disciplina como Estados Unidos, Brasil y Cuba. El tenis superó sus expectativas con cuatro preseas. Incluso las chicas de handball que arribaron a la final y se clasificaon a los Juegos Olímpicos por primera vez en sus historia.
También hubo otros de los que se esperaba más, como es el caso del atletismo, la gimnasia, la lucha, aguas abiertas o el tenis de mesa.
La evolución del ENARD
El Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD) destinó una inversión de 352 millones de pesos en los últimos 15 meses para que los deportistas argentinos llegaran con la mejor preparación posible a Toronto. Financia la preparación de los atletas a través del 1% del impuesto a la telefonía celular.
En el período 2010-2011, el ente inyectó un presupuesto total de 105.781.467 pesos, entre becas para atletas y jóvenes promesas, respaldo para la participación en competencias internacionales, elementos de entrenamiento, organización de certámenes en nuestro país y becas de perfeccionamiento para técnicos y entrenadores.
El secretario de Deporte de la Nación, Carlos Camau Espínola, dio cuenta de los logros obtenidos por los deportistas argentinos al finalizar los Juegos Panamericanos.
De esta manera, el funcionario celebró las conquistas históricas como las del seleccionado masculino de vóleibol (oro después de 20 años), la dupla femenina de beach voley (campeona panamericana por primera vez) y el corredor Mariano Mastromarino, que con su bronce en maratón puso al país en el podio de la especialidad, algo inédito desde 1951 con la consagración de Delfo Cabrera.
"El balance de la actuación en Toronto es muy positivo. Se han logrado resultados en deportes que desde hace tiempo no conseguían medallas. Esto demuestra el crecimiento del deporte argentino", describió.
Espínola subrayó el éxito de una política de Estado apuntada a "mejorar la calidad de los resultados" y también a formar "una base muy amplia" que redundará a "mediano y largo plazo" con el apoyo sostenido de la Secretaría de Deporte, el ENARD y el Comité Olímpico Argentino (COA).
"Todavía estamos es un proceso de crecimiento, desde la creación del ENARD en 2009. Hemos hecho una planificación para hacer crecer el deporte en Argentina y sin dudas que está dando sus frutos", consideró el correntino.
Reflejo del voley
No solo es para destacar lo logrado por el equipo de masculino en cuanto a resultado final, sino desde el aspecto anímico y psicológico. En momentos donde el partido estaba muy complicado, los chicos de Velasco dieron vuelta la historia con mucha presencia , corazón, pero sobre todo templanza.
Algo fundamental para las definiciones en este tipo que son cara o ceca. El caso de Georgina Bardach es emblemático. Logró en Atenas 2004 ser medallista olímpica, algo único para la historia de nuestro país. Sin embargo, no pudo aguantar la presión que significó y debió comenzar su carrera casi de cero.
Es por eso que el ENARD contrató al australiano Bill Sweetenham para que generara, a través de sus logros y conocimientos en la natación una fuerte mentalidad ganadora, con la convicción de que puedan ubicarse a la altura de los mejores del mundo. Así fue como en el Centro Acuático de Toronto, la disciplina argentina volvió a tener un gran desempeño.
La próxima gran cita será Río 2016 en los Juegos Olímpicos, donde en el ENARD tendrá un nuevo desafío y en 2019 serán los Panamericanos de 2019.
Fuente:Infonews
Martes, 28 de julio de 2015
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