Música Chango Spasiuk y el chamamé de patio brillaron en el Centro Cultural Kirchner El chamamé puro y de patio, el que cantaron y bailaron un par de generaciones, está vivito y coleando, y con una energía desbordante de acuerdo a la gran actuación que entregó Chango Spasiuk, acompañado por su formación habitual y por invitados de lujo que aportaron a la fiesta.
El compositor e intérprete nacido en Apóstoles, Misiones, preparó para la ocasión los temas de su repertorio que más lo vinculan con los temas clásicos y con los históricos compositores de esa música, pero también robusteció su formación con los hermanos Núñez (ex integrantes de su grupo) y con las hermanas Vera, una institución del canto chamamecero. Las incursiones y arreglos musicales de cámara que Spasiuk desarrolla desde hace tiempo, especialmente desde el disco Pynandí con el cual hizo cima en 2009 -y que refrendó con el notable disco en vivo en el teatro Colón en 2013- esta vez fueron mínimas.
El gran compositor suprimió anoche la celebrada 'Suite Nordeste' para darle paso a chamamés de compositores como Ernesto Montiel, Mario del Tránsito Cocomarolla, Blas Martínez Riera, Tarragó Ros, Isaco Abitbol y las propias composiciones de Spasiuk, que ya son clásicos: Tierra colorada, Chamamé crudo, El camino y Mejillas coloradas.
Marcos Núñez desde el bandoneón y su hermano Juan en la guitarra -un virtuoso que deslumbra con sus solos- sumaron a la idea de regresar al sonido más tradicional, pero sin perder nunca el sello que Spasiuk le imprime a su música: el riesgo, la audacia y la técnica al servicio del sentimiento. Las cuerdas (violín, violoncello y contrabajo) juegan en el sentido que el acordeonista misionero quiere, por eso siempre suena chamamecero.
"Estamos muy felices de estar acá, en un lugar en donde la cultura es para todos. La música es una construcción, y nosotros esta noche sólo queremos eso, tocar música", desgrana con sencillez y emoción.
Con la generosidad que lo caracteriza, Spasiuk invita al escenario Azul a las Hermanas Vera ("cuarenta años haciendo estas maravillas musicales, hoy están con nosotros, vamos a disfrutarlas", dijo sobre estas cantoras nacidas en Caá Catí, Corrientes); a dos parejas de bailarines llegados desde Misiones; y a un prodigio del acordeón de sólo 12 años llamado Emiliano López.
Puerto Tirol, Villa Guillermina y Kilómetro 11 llevan al público al máximo punto de aplausos y las ovaciones -también se escucharon varios sapucay desde la platea- premian una actuación inolvidable en la Ballena Azul, colmada una vez más gracias a la música popular. Esta vez fue el chamamé, el mismo que se instalaba en los patios litoraleños desde la magia de la radio, y el de las bailantas originales que aún perduran como hechos culturales concretos.
El final fue a toda orquesta, literalmente, con las Vera insertando sus voces afinadas en medio de la aceitada maquinaria del grupo, y los Núñez en llamas en cada tema que tocaron. "Estamos muy felices, gracias y más gracias", cierra la noche Chango Spasiuk, con una sonrisa que también es de todos.
Fuente: Télam
Lunes, 7 de septiembre de 2015
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