Claudia Pía Baudracco no perdía oportunidad para decir que ella quería ser presidenta de la Nación. Y disfrutaba de ver las reacciones que eso desataba en quienes la escuchaban.

Las risas eran cantadas, y después, los pensamientos se disparaban hacia dos caminos. Estaban quienes lo tomaban como un simple gesto de desfachatez, y también a quienes le brillaban los ojos de tan sólo imaginarlo: ¡un país con una presidenta trans! Así de alto aspiraba Baudracco, y con su vehemencia, claridad y apasionamiento, su figura fue creciendo en el camino hacia el respeto por la diversidad sexual en el país.

Comenzó en 1993 en la fundación de la Asociación Travestis Transexuales Transgéneros Argentinas (A.T.T.T.A.). Pía tenía VIH, y se animó a decirlo y a luchar por mejores condiciones sanitarias y una detección precoz de la enfermedad, hasta delinear el proyecto de Ley de Atención Sanitaria para la Reasignación de Sexo.

Paradójicamente, hoy sería tratado en la Comisión de Salud de la legislatura un proyecto inspirado en aquel, según la legisladora del Frente para la Victoria María José Lubertino. Baudracco también peleó por los reiterados casos de violencia policial y por los edictos y contravenciones que estigmatizaban el trabajo en las calles.


Fuente: Infonews