Sáenz Peña Piden la tenencia de su abuela porque habría sido maltratada en un geriátrico
Carla Andriani, domiciliada en esta ciudad junto a sus hermanos, solicitó a la justicia la tenencia plena de su abuela Julia Lario, de 78 años de vida y que padece Alzheimer. Aprovechó para denunciar que la misma fue maltratada durante su estadía en un geriátrico de la localidad de Avia Terai, reclamando a las autoridades de Desarrollo Social de la provincia que tomen cartas en el asunto.
La nieta de Julia Lario narró la historia que le toca vivir junto a su familia. Dice que en 2010 se le detectó esa enfermedad y que “mi mamá, Patricia Benus, la trajo a vivir a nuestra casa”.
Desde entonces pasaron cuatro años, “estuvo bajo nuestro cuidado, cabe destacar que en ese transcurso ninguno de sus dos hijos ni su esposo ayudaron en su cuidado”, dice Carla Andriani. Sospecha la joven que la idea evidentemente “siempre fue trasladarla a un geriátrico”.
En febrero de 2014 la madre de Carla se enferma “y eso fue lo que facilitó a sus hijos poder sacárnosla y llevarla al geriátrico”, identificando al lugar como “Geriátrico Villa del Parque”, ubicado en inmediaciones del acceso a la localidad de Avia Terai.
La nieta de Julia Lario denunció que en el mencionado geriátrico su abuela “padeció maltratos de diferentes tipos”. En febrero de 2015 “recién supimos que mi abuela estaba encerrada ahí, ya que sus propios hijos nos negaban información sobre ella”, comentó.
“Desde ese momento iniciamos por vía judicial los trámites para la tenencia de ella, lo cual hasta hoy en día no logramos obtener”, indicó. Aclaró que sólo lograron obtener un “permiso” desde el 22 de diciembre del año pasado, “cuando fuimos a retirarla del geriátrico y nos enteramos que se encontraba internada en una clínica de esta ciudad”.
Evidencias de abusos
“Cuando llegamos a verla en el sanatorio, se encontraba con moretones, dopada, atada, deshidratada, anémica y con problemas renales”, afirma Carla Andriani.
Luego indicó que “cuando vimos su régimen de medicamentos encontramos dos tranquilizantes muy fuertes, los cuales sólo le proporcionamos una sola vez ya que la reacción de mi abuela ante la ingesta de éstos paralizaba todo su sistema renal” y que “cuando leímos el prospecto de estos medicamentos uno servía para relajar los músculos y así poder manejarla como querían, otra contraindicación decía que el consumo de ese medicamento a personas con problemas mentales como el de mi abuela aumenta la mortalidad”.
Así las cosas, comentó que el 24 de diciembre “pudimos traerla a nuestro domicilio pero este permiso tuvo vigencia hasta el 31 de enero del corriente año”. De todas maneras asegura: “no descansaremos hasta poder lograr la tenencia absoluta, para que pueda estar bien cuidada y sobre todo amada”.
Fuente: Diario Norte
Miércoles, 10 de febrero de 2016
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