Juegos Olìmpicos - Río 2016 Brasil goleó a Honduras, sueña con el oro olímpico y busca vengar el 7-1 alemán Al sueño dorado de Brasil sólo le queda un paso. Es el título que le falta, y el que quiere celebrar el próximo sábado en un Maracaná con entradas agotadas. Todos piensan en el mejor cierre para la película, en un Neymar en andas y con Río de Janeiro rendido a sus pies. Pero lo que jamás imaginaron era que el trámite anterior iba a resultar tan sencillo. O, mejor dicho, que se iba a cerrar tan rápido. Catorce segundos fueron suficientes para que "Ney" presione una salida hondureña, marque el gol más rápido de los Juegos Olímpicos, sienta una molestia e ingrese el cuerpo médico brasileño con una camilla. La imagen que trajo el recuerdo del 4 de julio de 2014, el día del golpe de Camilo Zúñiga en Fortaleza.
Tras el gol de Neymar, ya no hubo partido. Honduras, que dejó afuera a la Argentina en la etapa de grupos, nunca fue rival. El delantero de Barcelona abrió el marcador y Jesus sentenció con un doblete. Todo en 34 minutos. Brasil fue una aplanadora y terminó goleando 6-0. Marquinhos, Luan y otra vez Neymar -de penal-, le pusieron cifras definitivas a la semifinal de Río 2016. Fue un baile, una obra maestra del jogo bonito. Ahora, esperan por Alemania o Nigeria. Aunque el mensaje de las tribunas fue claro: "Alemania podés esperar, tu hora va a llegar".
Alemania podés esperar, tu hora va a llegar, el hit del Maracaná
La goleada hizo olvidar el comienzo poco alentador. Los empates sin goles ante Sudáfrica e Irak, con abucheos y el grito de guerra de "Marta", presagiaban el desastre. En un Brasil que está a los tumbos a nivel selección, ese arranque parecía la continuidad del mal momento. Pero la goleada 4-0 a Dinamarca, hace una semana, abrió la puerta de la resurrección. Después, el 2-0 a Colombia, en cuartos de final, la confirmó. La selección brasileña olió sangre y no perdonó. Y a la eficacia en ataque le sumó solidez defensiva: todavía no recibió goles.
A la espera de Alemania o Nigeria (juegan a las 16, en el Corinthians Arena), en Río se frotan las manos con cierta sed de revancha. Quieren vengar la tarde más dura del fútbol brasileño. Ese 8 de julio de 2014 en el que el Mineirao hizo silencio. El del 7-1 que hundió a Brasil en un drama futbolístico y mental. Neymar y compañía van por el oro que falta. Y por empezar a escribir una nueva historia.
Subcampeón en Londres 2012 y tercero en Pekín 2008, el oro olímpico se le viene negando a la selección brasileña. El pentacampeón del mundo todavía no conoce la gloria en los Juegos. En el historial, Brasil acumula tres platas (1984, 1988 y 2012) y dos bronces (1996 y 2008). Ahora, se quiere subir a lo más alto del podio en su casa.
Fuente: La Nación
Miércoles, 17 de agosto de 2016
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