Juegos Olìmpicos - Río 2016
Brasil goleó a Honduras, sueña con el oro olímpico y busca vengar el 7-1 alemán
Al sueño dorado de Brasil sólo le queda un paso. Es el título que le falta, y el que quiere celebrar el próximo sábado en un Maracaná con entradas agotadas.
Miércoles, 17 de agosto de 2016
              

Todos piensan en el mejor cierre para la película, en un Neymar en andas y con Río de Janeiro rendido a sus pies. Pero lo que jamás imaginaron era que el trámite anterior iba a resultar tan sencillo. O, mejor dicho, que se iba a cerrar tan rápido. Catorce segundos fueron suficientes para que "Ney" presione una salida hondureña, marque el gol más rápido de los Juegos Olímpicos, sienta una molestia e ingrese el cuerpo médico brasileño con una camilla. La imagen que trajo el recuerdo del 4 de julio de 2014, el día del golpe de Camilo Zúñiga en Fortaleza.

Tras el gol de Neymar, ya no hubo partido. Honduras, que dejó afuera a la Argentina en la etapa de grupos, nunca fue rival. El delantero de Barcelona abrió el marcador y Jesus sentenció con un doblete. Todo en 34 minutos. Brasil fue una aplanadora y terminó goleando 6-0. Marquinhos, Luan y otra vez Neymar -de penal-, le pusieron cifras definitivas a la semifinal de Río 2016. Fue un baile, una obra maestra del jogo bonito. Ahora, esperan por Alemania o Nigeria. Aunque el mensaje de las tribunas fue claro: "Alemania podés esperar, tu hora va a llegar".

Alemania podés esperar, tu hora va a llegar, el hit del Maracaná

La goleada hizo olvidar el comienzo poco alentador. Los empates sin goles ante Sudáfrica e Irak, con abucheos y el grito de guerra de "Marta", presagiaban el desastre. En un Brasil que está a los tumbos a nivel selección, ese arranque parecía la continuidad del mal momento. Pero la goleada 4-0 a Dinamarca, hace una semana, abrió la puerta de la resurrección. Después, el 2-0 a Colombia, en cuartos de final, la confirmó. La selección brasileña olió sangre y no perdonó. Y a la eficacia en ataque le sumó solidez defensiva: todavía no recibió goles.

A la espera de Alemania o Nigeria (juegan a las 16, en el Corinthians Arena), en Río se frotan las manos con cierta sed de revancha. Quieren vengar la tarde más dura del fútbol brasileño. Ese 8 de julio de 2014 en el que el Mineirao hizo silencio. El del 7-1 que hundió a Brasil en un drama futbolístico y mental. Neymar y compañía van por el oro que falta. Y por empezar a escribir una nueva historia.

Subcampeón en Londres 2012 y tercero en Pekín 2008, el oro olímpico se le viene negando a la selección brasileña. El pentacampeón del mundo todavía no conoce la gloria en los Juegos. En el historial, Brasil acumula tres platas (1984, 1988 y 2012) y dos bronces (1996 y 2008). Ahora, se quiere subir a lo más alto del podio en su casa.


Fuente: La Nación


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