Fútbol Benedetto o Bou, una decisión que puede ser un arma de doble filo en Boca El Mellizo se la juega por la trayectoria, aún con el riesgo de perder la eficacia del ex Gimnasia
"El fútbol son momentos", suele decirse. Pero pocas peleas por un puesto son tan exigentes como la de Darío Benedetto y Walter Bou por el puesto de N° 9 de Boca.
Casi que podría afirmarse que la lucha es cabeza a cabeza, gol a gol. El primero representa la experiencia y la trayectoria; el segundo, el empuje de una apuesta que consigue una eficacia sorprendente. Por ahora, el Mellizo sostiene a Benedetto como titular, pero... ¿hace bien? ¿Y si así deja pasar el efecto Bou? La decisión de Barros Schelotto puede ser, claramente, un arma de doble filo.
Renovado por su oportuno gol en el amistoso del sábado pasado ante Argentinos, Benedetto (26 años) estará otra vez desde el inicio ante Banfield. Se mostró muy irregular en sus rendimientos desde que se puso por primera vez la camiseta de Boca, pero Guillermo confió siempre en sus condiciones: lo hizo luego de que lo desaprobaran de forma unánime en Mendoza, cuando malogró oportunidades concretas de definir un partido que Godoy Cruz terminó igualando. El DT le respetó la titularidad una vez recuperado de las tres lesiones que sufrió en el último semestre (dos distensiones y un esguince en la rodilla derecha). Y el respaldo también se mantuvo intacto ahora que el Pipa estuvo lejos de lo pretendido en este receso: convirtió apenas un gol, no se lo vio en buena forma y hasta lo expulsaron en la derrota 2-0 ante River.
Sin embargo, la polémica no sólo se alimenta de lo que no termina de ofrecer del todo Benedetto, sino también del empuje que trae Walter Bou desde el banco de suplentes. Y ahí aparecen las dudas: porque tanto es el apoyo a Benedetto que el cuerpo técnico no se permite aprovechar la racha goleadora de Bou, que lleva marcados 12 tantos en 1107 minutos entre partidos amistosos y oficiales, los mismos que hizo su competidor... pero en 1496 minutos. Así, privarse de semejante ayuda puede, en el corto plazo, ponerle fecha de caducidad al alto y regular rendimiento del entrerriano.
Bou (23 años) llegó a Boca cuando se necesitaban refuerzos de jerarquía para conquistar una Copa Libertadores que estaba a sólo cuatro partidos. Por eso, su arribo provocó una fuerte crítica a partir del cartel de apuesta que le colocaron. Sin embargo, la Panterita jamás se hizo cargo de ese concepto. Su objetivo siempre fue ganarse un lugar lo antes posible. A tal punto que, por inconsciencia -o mucha personalidad-, se puso la camiseta de Boca y consiguió un promedio de gol destacado como el que tuvo en Gimnasia, club en donde debutó profesionalmente en 2014.
Y Bou aprovechó al máximo los huecos que dejó Benedetto, por lesión o suspensión. Llamó la atención, sobre todo, la soltura con la que resolvió situaciones durante el último tramo del campeonato, cuando Benedetto le cedió su lugar por una distensión en la victoria ante San Lorenzo: un gol al Ciclón, en el Nuevo Gasómetro (en ese mismo partido); dos al Racing de su hermano Gustavo, en el 4-2 en la Bombonera; y otro, el más importante de su corta carrera, a River, en el 4-2 del Monumental.
El verano del menor de los Bou fue un espejo con respecto a su desempeño en el campeonato. En el arranque de 2017 extendió su momento impecable en las redes marcando en 5 de los 7 amistosos de Boca: un gol a Estudiantes, con un cabezazo al ángulo al mejor estilo Palermo; un zurdazo preciso, otra vez a San Lorenzo, para el 2-2; dejó su sello también en México, donde definió de primera en el 1-1 ante Chivas; convirtió en el amistoso vs. Tigre, para los suplentes, con otro cabezazo letal, y sentenció el 2-1 ante Colón, en Santa Fe.
"Bou vino al club como una promesa y ha hecho muchos goles en pocos partidos. Es un jugador importante, pero también está Benedetto, que tiene una trayectoria muy importante. Estamos bien cubiertos en esa posición", puso rápido el freno Guillermo. En la comparación, los dirigentes también saben que Benedetto costó 5.500.000 dólares, mientras que Bou llegó por US$ 500.000.
Sin embargo, los merecimientos del joven delantero no sólo se evidencian a través de los partidos que emite la televisión: en el día a día, donde Guillermo decide a sus titulares en base a lo que demuestran en las prácticas, es una costumbre observar grandes entrenamientos del hombre en cuestión. "Se juega como se entrena", suele dejar en claro el Mellizo. Y Bou cumple con lo requerido: goles de vaselina, eludiendo al arquero, resolviendo mano a mano y hasta llevándose la pelota por delante. Un olfato goleador que hace rato no se veía por Casa Amarilla. Y las veces que erra en la definición, suele descargar su frustración con insultos. Dejando en claro, una vez más y durante cada jornada, que nunca se sintió una apuesta.
Fuente: La Nación
Sábado, 11 de marzo de 2017
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