Francia El acusado de decapitar a su jefe y atacar una fábrica en Francia, negó que fuera un atentado islamista El musulmán francés acusado de haber decapitado a su jefe y de atacar una fábrica de gas el viernes pasado en el este de Francia, negó a sus interrogadores haber querido cometer un atentado islamista y dijo que asesinó a su víctima por motivos personales, informaron hoy medios franceses. Yassin Salhi, de 35 años, está detenido desde los hechos del viernes pasado en la planta de gas industrial de Saint-Quentin-Fallavier, a pocos kilómetros de Lyon, tercera ciudad de Francia, que según las autoridades francesas fue un "ataque terrorista" de motivaciones islamistas.
Aunque aún no hubo información oficial sobre qué declaró a la policía, medios franceses afirmaron ayer, citando a fuentes de la investigación que pidieron no ser identificadas, que Salhi había confesado ser el autor del crimen y del ataque a la fábrica pero que no había explicado por qué lo hizo.
Hoy, varios de esos mimos medios, entre ellos la radio France Info, afirmaron que el hombre, interrogado desde ayer en los locales de la policía antiterrorista a las afueras de París, donde fue trasladado desde Lyon, negó haber actuado por motivos religiosos.
Según la emisora, Salhi, de 35 años y tres hijos, dijo a la policía que cometió el asesinato tras una discusión que había mantenido unos días antes con su jefe.
Los agentes lo interrogaron por el posible móvil islamista radical del crimen, que el sospechoso niega, según la radio.
Sin embargo, tras decapitar a su jefe, colgó la cabeza en una verja de la empresa que trataba de hacer explotar y la rodeó de banderolas con inscripciones musulmanas.
Además, se hizo un "selfie" con la cabeza y lo envió a una persona un ciudadano galo que se encuentra en Siria y que la policía francesa considera responsable de una célula de reclutamiento de voluntarios para el Estado Islámico (EI) en ese país.
Además, según diversos medios, Salhi gritó "Alá es grande" en árabe cuando fue reducido por un bombero en el momento en el que abría garrafas de acetona con el objetivo de hacer saltar por los aíres la planta.
Finalmente, según la televisión BFMTV, durante su arresto en Lyon la esposa y la hermana del autor confeso del crimen dijeron a los investigadores que Salhi había viajado a Siria en 2009.
Los servicios secretos franceses conocían los vínculos del sospechoso con sectores islamistas radicales, lo que motivó que le siguieran entre 2006 y 2008 periodo en el que no cometió ningún acto que justificara mantener la vigilancia, según dijo el ministro del Interior francés, Bernard Cazeneuve.
Sin embargo, entre 2011 y 2014 también se detectaron contactos puntuales con grupos islamistas del este de Francia, según indicó el fiscal de París, Francois Molins.
Fuente: Télam
Lunes, 29 de junio de 2015
|