Inmigración La UE pidió solidaridad a los miembros e insistió en un sistema obligatorio para acoger a 160.000 refugiados El jefe de gobierno de la Unión Europea (UE), Jean-Claude Juncker, pidió hoy ante el Parlamento del bloque que sus miembros muestren "solidaridad" y se dividan 160.000 refugiados de Medio Oriente y África en los próximos dos años, una cifra que sólo cubre un poco más de un tercio de los recién llegados en 2015. Mientras hablaba en la sede del Europarlamento en Estrasburgo, Francia, la falta de solidaridad europea con miles de refugiados que escapan de la violencia volvió a quedar al desnudo en las fronteras entre Hungría y Serbia, y entre Dinamarca y Alemania.Nuevamente cientos de refugiados escaparon de fuerzas de seguridad húngaras que intentaban registrarlos y llevarlos a un paupérrimo centro de acogida, mientras el gobierno danés frenó el tráfico de trenes desde Alemania para evitar la llegada de miles de personas que buscan seguir camino a la vecina Suecia.
La de hoy no fue la primera vez que Juncker, presidente de la Comisión Europa (CE) - el ejecutivo de la UE-, intentó convencer a los estados miembros del bloqueo de aprobar una respuesta conjunta y coordinada a la llegada de más de 366.000 refugiados e inmigrantes de Medio Oriente y África en lo que va del año.
La CE intentó distribuir 40.000 refugiados entre los países y fracasó. Un mes y medio después y tras un aumento dramático en el número de recién llegados a los puertos de Grecia e Italia, Juncker volvió a intentarlo y hasta redobló la apuesta.
"Europa debe tomar en sus brazos a estos 160.000 y esto debe realizarse de manera obligatoria", sentenció el líder europeo en su primer discurso del Estado de la Unión en Estrasburgo desde que asumió su cargo, en noviembre pasado, según la agencia de noticias EFE.
El 14 de septiembre próximo tendrá lugar un consejo extraordinario de ministros del Interior de la UE, al que Juncker pidió recordar que Europa es un continente "en el que casi todos en algún momento han sido refugiados" por diferentes guerras y persecuciones.
Se trata de "una cuestión de humanidad y dignidad humana", afirmó.
El líder además destacó que no se trata de una hazaña imposible ya que los refugiados recién llegados apenas representan un 0,11% de la población europea, mientras que los países limítrofes de Siria, principal expulsor de civiles después de más de cuatro años de guerra civil, reciben a la gran mayoría de los más de cuatro millones de ciudadanos que escaparon del país.
Por ejemplo, en el pequeño territorio del Líbano, los refugiados sirios ya ascienden al 25% de la población, mientras que en Jordania, el campo de refugiados de Zaatari ya se convirtió en la cuarta ciudad más poblada del país.
Lo que propuso Juncker a los eurodiputados es "un sistema temporal y obligatorio de emergencia para la reubicación entre Estados miembros de 120.000 personas llegadas a Hungría, Grecia e Italia, que se suman a las 40.000" del primer proyecto de la CE de julio pasado.
Este sistema de reparto costará unos 780 millones de euros -cada refugiado recibirá unos 6.000 euros- y los estados miembros que no cumplan con su cuota deberán pagar una partida financiera extra a la UE.
La primera etapa de este sistema, es decir la distribución de 40.000 refugiados, fue aprobada hoy mismo por los eurodiputados por 498 votos a favor, 158 en contra y 37 abstenciones. El apoyo del cuerpo legislativo no es vinculante para los Estados miembros, sino apenas una resolución de carácter consultivo.
La segunda etapa se encargará de distribuir a los 120.000 personas restantes en los próximos dos años. De esta cifra total, 54.000 procederán de los campos de refugiados de Hungría, 50.400 de Grecia y 15.600 de Italia.
Los países a los que Juncker pidió un mayor esfuerzo son Alemania, con una cuota de 26,2%, es decir, 31.443 refugiados; Francia con una cuota de 20%, es decir, unas 24.031 personas; y finalmente España con una cuota de 12,4%, es decir, 14.931 recién llegados.
Afuera de este reparto europeo quedan seis Estados miembros: los tres grandes receptores de refugiados -Hungría, Grecia e Italia- y los tres que, según su estatus dentro de la UE, pueden mantenerse al margen de las políticas de Justicia e Interior del bloque -el Reino Unido, Dinamarca e Irlanda.
Estas cifras parecen insuficientes si se tiene en cuenta que más de 30.000 refugiados esperan en Grecia actualmente la oportunidad de seguir camino hacia el norte más rico y que sólo ayer pasaron 6.000 personas de Medio Oriente y África por Macedonia y otras 7.000 por Viena, según informó hoy el Acnur, la agencia de la ONU para refugiados, en un comunicado.
La ruta que recorren la mayoría de los refugiados de Medio Oriente que llegaron este año a Europa atraviesa Turquía, continúa por agua hasta una de las islas griegas del mar Egeo, y una vez en Atenas avanza a través de los Balcanes -Macedonia y Serbia- hasta Hungría, Austria y, finalmente, Alemania y los países nórdicos.
La frontera entre Serbia y Hungría volvió a ser hoy uno de los epicentros de la violencia y la tensión que ha caracterizado esta crisis de refugiados europea.
Alrededor de 500 refugiados huyeron de uno de los puestos de registro fronterizos, en los que las fuerzas de seguridad toman los datos de los logran superar la valla de alambre de púa e ingresar ilegalmente al territorio, y los envían al paupérrimo centro de recibida de Roszke.
Al grito de "Campamento (de refugiados) no", la pequeña multitud forcejó con las fuerzas de seguridad y algunos cientos lograron escapar hacia la autopista M5, que conecta la frontera con Budapest y con su estación de trenes internacional.
Este tipo de desborde se ha vuelto cotidiano en la frontera de Hungría, por lo que el gobierno ultranacionalista y abiertamente islamófobo anunció hoy que reforzará la seguridad con hasta 4.000 militares.
Una similar posición anti refugiados adoptó hoy el gobierno de Dinamarca al suspender por tiempo indefinido los trenes que entran de Alemania al territorio. Muchos de ellos transportan en estos días cientos de sobrevivientes de la guerra civil siria y de la violencia en Irak y Afganistán.
Además, en un calco de lo sucedido en Hungría hace unos días, más de 200 refugiados se atrincheraron en un tren en la localidad danesa de Rodby, frente a la costa norte de Alemania, en rechazo a dejarse registrar por la policía para poder seguir hacia Suecia, donde afirman tener familia, informó la policía, citada por EFE.
El mismo motivo esgrimieron cerca de 300 personas, en su mayoría sirios e iraquíes, que hace horas abandonaron la escuela de Froslev, en el sur de Dinamarca, para emprender viaje a pie por la autopista hasta Suecia, a más de 200 kilómetros, lo que ha obligado a las autoridades a cortar un tramo al tráfico
Fuente: Télam
Miércoles, 9 de septiembre de 2015
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