Parque Nacional Lanín
Uno de los atractivos más imponentes de la Patagonia
Una experiencia recomendable para todos aquellos que deseen visitar uno de los atractivos más imponentes de la Patagonia. Es fundamental que la ropa sea impermeable, abrigada y de muy buena calidad. Desde ya, el calzado también tiene que ser confortable.
Martes, 22 de mayo de 2012
              


Decididos a subir al volcán Lanín, preparamos los equipos necesarios y las autorizaciones correspondientes para realizar esta excursión de alta montaña. Contratamos los servicios de un guía experimentado y habilitado por el parque nacional Lanín para que nos explicara cómo encarar el ansiado ascenso.
De manera clara y amable, el guía nos comentó que el Lanín es una opción muy exigente porque demanda un importante esfuerzo físico y un nivel de exposición medio que combina pendientes de acarreo rocoso con ambientes irregulares. Claro que nuestra decisión siguió firme, estábamos dispuestos a iniciar la subida. Nos esperaban dos largos días de trekking internados en la inmensidad del parque nacional Lanín y una noche en el refugio de montaña.
Así fue que quedamos en encontrarnos el día anterior para chequear los equipos que usaríamos durante el ascenso. Es fundamental que sean impermeables, abrigados y de muy buena calidad. Desde ya, el calzado también tiene que ser confortable.
Agregamos a nuestra lista una serie de objetos que no pueden faltar nunca en una travesía de esta magnitud: bolsa de dormir, anteojos, gorros, cantimploras, piquetas, grampones, bastones, guantes, polainas, protector solar y labial. Asimismo, el guía nos recomendó llevar dos a tres mudas de ropa. Hay que tener en cuenta que las remeras sintéticas son las mejores para realizar este tipo de actividades porque secan rápidamente la transpiración. <



Las espectaculares termas de Lahuen Có
En el sector norte del parque nacional Lanín se encuentran las maravillosas “aguas milagrosas”, según indica su nombre mapuche. Visitar las termas de Lahuen Có implica estar dispuestos a disfrutar de un relax maravilloso. La belleza de los lagos y bosques es incuestionable; un spa en ese lugar es un sueño hecho realidad.
Nos contactamos con Gustavo, uno de los dueños del emprendimiento familiar, para llevar a cabo nuestro día de spa que incluía clases de yoga, caminatas contemplativas y masajes armonizadores.
Salimos muy temprano de la ciudad y tomamos el camino que va al Lolog por la Ruta Provincial 62. Luego, atravesamos el Curruhué Chico, un pequeño bosque de araucarias, el Curruhué Grande y el Escorial. Cada lugar era simplemente grandioso, una expresión clara y contundente de la naturaleza.
Finalmente, llegamos con Gustavo al muelle donde suele amarrar la embarcación que cruza el lago Epulafquen desde la hostería Paimún para llegar a las termas. El día reunía las mejores condiciones climáticas que podíamos desear: el cielo estaba claro y el sol, radiante y cálido.
Gustavo nos hablaba sobre la existencia de una armonía natural que todos podemos experimentar y disfrutar en estos entornos o paisajes maravillosos. Por supuesto, como era de esperar, la arquitectura del complejo nos conmovió por su belleza. El lugar se construyó con piedra, caña colihue y madera, y tanto el spa como el restaurante se abren al paisaje.
Sara fue la encargada de recibirnos y comentarnos el programa mientras tomábamos un té de cedrón y manzanilla. Minutos después, nos dirigimos hacia el principal manantial de Lahuen Có, un pozo que posee agua clorurada, bicarbonatada, sódica, levemente sulfurosa y ferruginosa a una temperatura estable de 63º. Esa agua provee a todo el centro, calefacciona los ambientes y también se utiliza en las piscinas del spa.
La clase de yoga estuvo a cargo de la instructora Vanina, quien nos condujo a realizar una breve meditación para relajarnos. Cuando terminamos, ya nos encontrábamos bien dispuestos para sumergirnos en el spa.
Comenzamos la sesión, que consistió en inmersiones de 5 a 15 minutos de duración en las distintas piletas, con temperaturas de 37 a 41º, que también poseen hidrojets para hacer masajes. Para reactivar la circulación se puede alternar con la ducha vichy.
Relajados, llegó la hora del almuerzo. El restaurante de Lahuen Có preparó un menú patagónico para la ocasión. Escogimos una ensalada de verdes con pollo y almendras, trucha para el plato principal y un irresistible volcán de chocolate de postre.
Como broche de oro, Gustavo nos invitó a visitar la cascada del río Oconi, que está muy cerca y es de fácil acceso. Nuevamente, el agua nos invitó a contemplarla en silencio.


Fuente:Tiempo argentino
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