Locales
“Cazón trajo al Chaco su carisma misionero”, dijo el padre Roberto Silva al evocarlo
El párroco de la Iglesia Catedral, sacerdote Roberto Silva, recordó el testimonio de vida que en el Chaco dejó el sacerdote misionero de origen cubano Domingo Cazón. “Su carisma era ese: implantar en la diócesis la Iglesia la tarea misionera de buscar arraigar la fe católica y la incorporación de jóvenes al clero diocesano”, afirmó.

Viernes, 15 de junio de 2012
Hasta su fallecimiento, el padre Cazón tuvo a su cargo la capilla San Cayetano y fue vicario general de la arquidiócesis de Resistencia desde 1993, nombrado por monseñor Carmelo Juan Giaquinta. El padre Silva es uno de los cinco o seis sacerdotes surgidos luego de la tarea del muy querido religioso.
Sus restos fueron velados en la capilla de San Buenaventura del Monte Alto 54, donde cumplió sus últimos años de servicio, y luego de la misa de exequias concelebrada fue inhumado en el cementerio San Francisco Solano.
“Originariamente pertenezco a la parroquia del Carmen, donde asumieron la tarea pastoral. Me crié y me formé con ellos. Sentí con ellos la inquietud vocacional de la mano del padre Domingo en los años 70’ cuando era un adolescente, y en Villa San Juan me acerqué a formar el coro para, a la vez, realizar otras actividades religiosas”, acotó. El padre Silva sintió entonces “el llamado del señor” y agradeció “en lo personal” porque le debe mucho. Cazón fue a predicar su primera misa. “Lo elegí a él porque teníamos una relación muy estrecha y también con mi familia”, remarcó.
Cazón dio fuerte impulso a los Cursillos de Cristiandad y al Movimiento Saulista para focalizar la acción pastoral en los jóvenes, “los evangelistas del mañana”, como solía decir. En los últimos años fue asesor espiritual de la Renovación Carismática.
El sacerdote de origen cubano es el último de los 19 religiosos que vinieron al Chaco desde Canadá. “Es el último que parte al cielo. Los demás, muy ancianos, han vuelto a su país, pero Domingo eligió quedarse acá. Como todos los que pasaron por el Chaco, extrañan este suelo”, añadió.
La presencia de numerosos sacerdotes diocesanos son la consecuencia de su tarea pastoral. “Este hombre tenía un don especial por ese carisma misionero. Era un sacerdote activo que se movía, que estimulaba el hacer comunitario y religioso de las cosas de Dios. Hoy se pueden ver los frutos de todo eso”, añadió.
Fuente: Diario Norte