Deportes Así funciona el “laboratorio” que tanto rédito le da al Boca de Alfaro El Xeneize cuenta con un alto porcentaje de goles de pelota parada, de cabeza y partir de centros desde los costados. Las claves del mecanismo que emplea el DT. San Lorenzo lo padeció a lo largo de todo el partido del sábado pasado. Cada pelota parada a favor de Boca (sea por tiro libre o córner) significó un dolor de cabeza para Juan Antonio Pizzi. Fueron dagas al corazón del área azulgrana. Y de hecho así se abrió el match.
Primero fue Franco Soldano quien saltó más alto que nadie y de cabeza la mandó al fondo de la red, aunque Mauro Vigliano -a instancias de su asistente Hernán Maidana-, anuló el que hubiera sido el quiebre del marcador en el Nuevo Gasómetro. Minutos más tarde el que lo tuvo fue Nicolás Capaldo, tras un tiro de esquina que rebotó en la espalda de un defensor del Ciclón. Casi sin tiempo de reacción, falló debajo del arco: el balón dio en el palo y salió.
El reloj marcaba el minuto 43 del primer tiempo cuando Lisandro López se llevó a todos por delante y con un testazo de pique al suelo hizo estéril la volada de Nicolás Navarro para decretar el 1-0. El ex defensor del Benfica e Inter es uno de los elementos clave del laboratorio semanal de Gustavo Alfaro. Quizás la pieza que mejor capta las ideas.
Dos días antes de cada encuentro suele publicarse la lista de concentrados y allí trasciende la probable alineación titular. Pero en el último entrenamiento, el día anterior, es donde se ensayan las cuestiones tácticas de pelota parada: allí las puertas se sellan. Alfaro efectúa los últimos retoques, termina de delinear el once y empapa a sus dirigidos sobre los movimientos del rival de turno.
Quien se encarga de editar los videos para estudiar a los equipos adversarios es Alejandro Manograsso, integrante del cuerpo técnico de Alfaro desde su paso por San Lorenzo (2005). También estuvo en Arsenal (dos etapas), Rosario Central, Al Ahli de Arabia Saudita y Tigre. Incluso aportó su ojo para Lechuga -de forma externa- cuando trabajó en los cuerpos técnicos de Sergio Checho Batista (selección argentina) y Diego Cocca (Millonarios de Colombia y Racing).
Habiendo estipulado antes las cargas de trabajo con Sergio Chiarelli, preparador físico, un grupo de futbolistas ejecutan tiros libres y córners desde ambos costados de la cancha. Los jugadores designados para atacar las pelotas paradas a favor nutren el área defendida por los suplentes. En base al posicionamiento y al marcaje táctico, al hombre o mixto de cada oponente se hace una evaluación previa para saber dónde irán direccionados los remates y en qué sectores tratar de sacar provecho.
Desde que asumió Gustavo Alfaro, Boca capitalizó de cabeza muchos tiros libres o córners, con Lisandro López como protagonista principal. Sobre un total de 55 goles, nada menos que 20 tuvieron que ver con balones aéreos, centros desde los costados o pelotas paradas.
De cabeza, a través de balón quieto o centro de jugada, convirtieron López (ante Belgrano en Córdoba, San Martín en Tucumán, Argentinos Juniors y San Lorenzo), Emmanuel Mas (ante Lanús y Godoy Cruz), Marco Pérez en contra y Darío Benedetto (ante Deportes Tolima), Agustín Almendra (ante Unión), Emanuel Reynoso y Mauro Zárate (ante Jorge Wilstermann).
Y además otros miembros del plantel facturaron por medio de córners o centros elevados de jugada sin necesidad del cabezazo: Wanchope Ábila (ante Godoy Cruz, San Martín de San Juan y Unión), Lisandro López y Carlos Tevez (ante Atlético Paranaense), Emmanuel Mas (ante San Martín de San Juan), Darío Benedetto (ante Newell’s), Nahitan Nandez (ante San Lorenzo) y Mauro Zárate (ante Aldosivi).
En Boca el laboratorio de Alfaro está dando frutos y pretenden que la buena racha se extienda en lo que queda de competencia.
Fuente: Infobae.
Miércoles, 25 de septiembre de 2019
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