Greeanpeace Camila Speziale: "No soy la misma, me siento más grande" La activista de Greenpeace liberada bajo fianza habló de sus vivencias en las cárceles rusas y dijo que, si bien está contenta, recién va a estar tranquila cuando se pueda volver a su casa.
Camila Speziale, la activista argentina de Greenpeace que estuvo dos meses detenida en Rusia, contó que la experiencia la cambió y ya no es la misma sino que se siente más grande. "Yo no estoy tranquila. Estoy contenta. Pero tranquila voy a estar el día que den un pasaje y vuelva a mi casa. En las últimas dos noches me costó dormir. Sentía que de un momento a otro iba a aparecer un tipo y decirme que es la hora de la inspección. Sigo muy preocupada por los dos chicos que siguen detenidos. El fin de semana en la cárcel es horrible. Durante la semana, el cónsul o el abogado te vienen a ver. Pero a partir del viernes, no vienen y todo es larguísimo", contó Speziale a diario Clarín. En cuanto a las dos cárceles en que estuvo, detalló: "La primera cárcel era dos metros por cuatro. La segunda era más grande y estaba con dos chicas. A la primera la cambiaron y quedé sola con una. Detenidas por ser inmigrantes ilegales. De Ucrania y de Kazajstán. Con la de Ucrania, Sasha, de 30 años, establecí una relación. Nos enseñamos algo de nuestro idioma. Me decía ¿Té o café'? o ¿Querés ir a dar una caminata? Y pasó que el lunes le dijeron que le extendían la prisión un mes más. Me pasé todo el día conteniéndola mientras lloraba y al otro día me dieron la excarcelación a mí... Yo tengo una organización detrás que se ocupó, que me hacía llegar comida, ropa, cartas. Esta chica no tenía nadie con quien hablar, nada. Lo último que dijo, con el diccionario en la mano, fue que iba a ser aburrido sin mí. Ahora estoy enviándole parte de la ropa que me mandaron, quiero ayudarla". Consultada sobre cómo vivió el paso del tiempo, relató: "Mirá, un mecanismo de defensa, a lo mejor, pero el día que nos dijeron que íbamos a estar dos meses, yo pensé que en unos días se terminaba. Y me acuerdo que un amigo cuando éramos trasladados me dijo: ´Todavía espero que venga alguien y me diga que esto es un chiste´". "No soy la misma. Me siento más grande. Haber estado ahí... yo intento buscarle el lado positivo a las cosas. Pensaba que si estaba ahí era por una razón, que tenía que aguantar... y bueno... no sé, pensé mucho en lo que tengo, las cosas simples: mis hermanos, mirar una película con ellos, harte un café con leche, mirar a mi viejo caminar por casa, abrir la puerta de casa y salir a la calle. Las cosas del día a día que no se aprecian hasta que estás en un momento feo", concluyó.
Fuente: Minuto Uno
Domingo, 24 de noviembre de 2013
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