Venezuela "Inmovilidad laboral", la última medida electoralista de Maduro El decreto que prohíbe el despido de trabajadores se suma a la larga lista de decisiones con las que el presidente de Venezuela busca asegurar un triunfo en las elecciones municipales de este domingo
"Aquí voy a firmar compañeros trabajadores y trabajadoras de la patria el decreto que establece la inamovilidad laboral y la protección de los trabajadores de la patria para el año 2014, cumpliendo la tradición justa del Comandante Chávez", afirmó el presidente Nicolás Maduro durante una alocución realizada desde el Palacio de Miraflores.
"Está aprobado el punto de cuenta de la ministra María Cristina Iglesias, donde se recomienda decretar la inamovilidad laboral a favor de trabajadores del sector privado y público regido por la ley Orgánica del Trabajo desde el 1 de enero del 2014 hasta el 31 de diciembre del mismo año", agregó, y mostró ante las cámaras cómo firmaba el decreto.
Fue la última medida aprobada antes de las elecciones municipales que se realizarán el próximo domingo, en las que el mandatario busca recuperar legitimidad, algo que no logró conseguir desde su polémico triunfo en los comicios presidenciales del pasado 14 de abril.
La medida es criticada por distintos sectores políticos y empresariales, que sostiene que prohibir los despidos puede generar cierta impunidad laboral que comprometa la productividad y, por ende, la economía.
El propio Maduro se anticipó a estos reclamos. "Estoy seguro, apuesto lo que ustedes quieran, que Fedecámaras, Consecomercio y la MUD van a sacar inmediatamente una declaración o un comunicado oponiéndose", sostuvo.
Y agregó: "No se puede interpretar por ningún sector sindical del país que estamos promoviendo flojera, desacato al trabajo, o indisciplina laboral. Estamos protegiendo a los que trabajan contra los abusos de quienes abusan". No sería la primera vez que Maduro aprueba una medida que en el mediano y largo plazo podría comprometer seriamente la situación del país, pero con la que pretende arrancar una sonrisa a los sectores populares antes de las elecciones. El presidente está implementando esta política electoralista desde noviembre, exactamente un mes antes de los comicios.
El mandatario inauguró esta estrategia con la firma el martes 5 de noviembre del decreto que designó al 8 de diciembre "Día de la lealtad y el amor a Chávez". La norma establece que se celebraren en todo el país eventos que "exalten el pensamiento bolivariano" y "el amor infinito" al difunto líder el mismo día en el que se realizan las elecciones municipales, algo que está expresamente prohibido por el código electoral.
Al mismo tiempo, Maduro decretó que la navidad comenzaba el 1 de noviembre y que se iba a festejar durante todo el mes, con la intención de que las personas tuvieran algo para celebrar antes de ir a votar.
"La navidad temprana es la mejor vacuna para cualquiera que quiera inventar bochinches y violencia. Seamos felices y hagamos felices a todos. ¡Qué viva la felicidad suprema! ¡Bienvenida la Navidad a Venezuela!", dijo como justificación para la insólita medida .
Como complemento de la medida anterior, para asegurarse de que la gente tuviera dinero en el bolsillo para hacerse regalos, el presidente decretó que los aguinaldos se paguen entre el 10 de noviembre y el 1 de diciembre, siete días antes de los comicios.
Pero más allá de estas decisiones puntuales, Maduro sabía que para ganar las elecciones en un contexto social y político tan crítico necesitaba aplicar políticas económicas que tuvieran un efecto inmediato sobre los niveles de consumo, una de las principales variables del humor social. Para eso, requería que la Asamblea Nacional le otorgue superpoderes que lo habiliten a gobernar por decreto. Como le faltaba un voto para alcanzar los 99 que exige la Constitución para aprobar esa Ley Habilitante, hizo que el parlamento expulse a la diputada opositora María Mercedes Aranguren por una supuesta denuncia de corrupción.
Como había sido electa años atrás por el gobernante PSUV, pero luego se había pasado a la oposición, el suplente que debía reemplazarla era un hombre del chavismo. Así logró aprobar la polémica norma.
Con los superpoderes aprobados el presidente estuvo en condiciones de llevar adelante el pilar de su estrategia el electoral: la "guerra económica", un conjunto de medidas de corto plazo para permitir que algunos venezolanos disfruten, por unas semanas, de una orgía de consumo. Para ello ordenó ocupar comercios de venta de electrodomésticos y supermercados, y vender los productos a mitad de precio o incluso más baratos.
La coronación de esta estrategia se dio con el inicio de la campaña, que estuvo marcada por el desequilibrio en favor del oficialismo, que acaparó todos los medios de comunicación silenciando a la oposición. Además, los candidatos del gobierno repartieron bienes, viviendas y todo tipo de prebendas, algo contra lo que los opositores no tienen posibilidad de competir.
El rector del Consejo Nacional Electoral (CNE), Vicente Díaz, calificó la campaña electoral como "una de las más ventajistas que ha tenido el país en la historia", según informó el portal de Globovisión.
Díaz, el único rector del CNE que no está alineado con el chavismo, criticó a Maduro por "atacar, cuestionar e insultar" a los candidatos de oposición en cadena nacional y condenó que el canal del Estado emita micros "denigrantes".
"Es una situación lamentable, pero que a final de cuentas creo que el pueblo tiene sabiduría para determinar quiénes son sus candidatos por su propio razonamiento", agregó en referencia a los tarjetones que poseerán imágenes del fallecido presidente Hugo Chávez, de acuerdo con el periódico El Nacional.
Fuente: Infobae
Sábado, 7 de diciembre de 2013
|