Campo Largo Farsante se hacía pasar por abogado y buscaba secretaria muy privada En Campo Largo, un hombre que se presentaba como abogado llamaba a las radios para anunciar que estaba seleccionando aspirantes a secretaria privada, y dejaba su número telefónico para entablar contacto. En un rato, muchas jóvenes lo llamaron y le enviaron mensajes, interesadas en el ofrecimiento, pero había algo que no cuajaba: tras unos pocos segundos de charla el ofrecimiento comenzaba a subir de tono y la remuneración fluctuaba según la "vocación” de la interlocutora. Una mujer, que finalmente decidió no presentar su currículum, llamó anónimamente a la comisaría y se inició una investigación. Uno de los efectivos, el de la voz más aflautada, se hizo pasar por una mujer ansiosa por obtener el puesto; el sujeto se entusiasmó tanto que comenzó a requerir descripciones físicas, desafiando la imaginación y creatividad de los investigadores. Estos no se echaron atrás y guiados por las evidentes apetencias sexuales del falso abogado comenzaron a enunciar curvas increíbles y sinuosidades tales que hicieron que el tipo dejara de lado las referencias excluyentes y requisitos fundamentales para asegurarle el puesto y un jugoso salario. Cuando el interés de ambas partes fue mutuo, acordaron una sita en la plaza del pueblo, ya que el abogado era tan trucho que atendía en plena calle. El farsante en cuestión llegó a bordo de una motocicleta de 110 cc., algo que ya había advertido por teléfono, alegando que a esa hora no encontraría estacionamiento en caso de ir con su tremendo automóvil. Esto sirvió para que los policías que lo aguardaban en el lugar indicado lo individualizaran rápidamente, hicieran sonar su teléfono y lo detuvieran luego de una breve carrera, porque al verse rodeado perdió el interés en la secretaria.
Domingo, 14 de junio de 2015
|