Tiempo Argentino reunió a cuatro de los cinco especialistas convocados por la presidenta para proponer una reforma penal
“En el nuevo Código, el valor máximo no será la propiedad sino la vida”
Raúl Zaffaroni, Ricardo Gil Lavedra, Federico Pinedo y María Elena Barbagelata debatieron los ejes que tendrá el nuevo Código. Buscarán despejar las contradicciones que subsisten en el actual texto, al que consideran desarticulado.

Domingo, 20 de mayo de 2012
–¿Se incluirán penas alternativas a las conocidas?
Z: –Toman autonomía ciertas condiciones que están dadas para la libertad condicional y se imponen directamente de entrada a título de pena. Prestación de trabajo de utilidad pública, detención de fin de semana, que es una cuestión medio compleja, resarcimiento a la víctima con multa reparatoria –es decir que el sujeto trabaje y le pase una cantidad de dinero a la víctima–, instrucciones especiales.
GL:– Acercarse o no acercarse.
B: –Tampoco son cosas novedosas, están en otras leyes, como la ley de violencia contra la mujer. Es la oportunidad de sistematizarlas, son cosas que abren el abanico de posibilidades.
Z: –Son algunas formas que son hijas del viejo confinamiento, es decir, no salir de determinado barrio. Entre las instrucciones especiales, existe la posibilidad de asistir a cursos, terminar la escolaridad.
GL: –Impartir los cursos cuando se tiene una habilidad especial.
P: –Clases de cómo abrir una caja de seguridad, ese tipo de cosas (risas).
B: –Muchas de esas leyes están incluidas en la protección especial de niños, niñas y adolescentes.
–En el Congreso hay varios proyectos sobre la despenalización de la tenencia de estupefacientes para consumo. Y se supone que dentro de poco tiempo van a ser tratados en el recinto. ¿Cómo se empalman los temas puntuales que se discuten en el Congreso con los cambios que se hacen en el Código Penal?
Z: –Se compatibilizan, no es complicado.
P: –Porque lo que vamos a hacer es elevar una propuesta al Poder Ejecutivo para que eleve una propuesta al Congreso. Si en el Congreso ya hay consenso para una cosa determinada, entonces irá por ahí. En definitiva va a volver al mismo lugar.
B: –Lo mismo va a pasar con la trata.
P: –O el régimen Penal Juvenil.
GL: –El Congreso tiene que sancionar la Ley Penal Juvenil. Es una deuda increíble. Estamos dispuestos a llevarlo la semana que viene si es preciso.
Z: –Estamos en violación de la Convención Internacional en ese aspecto.
GL: –Sería bueno que el oficialismo acceda a tratar la Ley Penal Juvenil. Y en el caso de la despenalización de la tenencia para consumo, y no sólo de la tenencia, sino de todo lo que rodea el ámbito de libertad que es el consumo –un tema que tiene cierta conflictividad–, nosotros estamos dispuestos a llevarlo cuanto antes a discusión al recinto. Incluso eso hace a la autonomía personal. Y está bien que el Congreso manifieste su voluntad política en ciertos temas trascendentes. Está mal que siga metiendo “penas” como las mete, a la marchanta. Pero en estos temas importantes está bien que el Congreso avance.
Los cuatro miembros de la comisión están convencidos de que antes de tipificar nuevos delitos, la mayor tarea será dar coherencia y efectividad al conjunto de sanciones.
–El nuevo Código, ¿tiene que tener una tipificación de lo que llamamos delitos informáticos?
P: –Sí, claro. Se avanzó tímidamente en eso en algunas leyes informales. No sé si es un capítulo o es parte de otra cosa.
Z: –Habría que pensarlo bien. Porque en definitiva son nuevos medios técnicos para cometer viejos delitos.
GL: –La interferencia de comunicaciones. Hay un delito hoy que es el de intercepción de correo. Las intercepciones de los mails son lo mismo, antes interceptaban al tipo que llevaba las cartas, ahora lo hackean.
Z: –Antes se llamaban los salteadores del camino y ahora se llaman los piratas del asfalto.
–En el proyecto de 2006 se incluía la figura del genocidio y a los delitos de lesa humanidad. ¿Qué reflexión les merece?
P: –Eso es clarísimo. La doctrina de Derechos Humanos es posterior al Código Penal y tiene que estar incorporada. Es constitucional.
B: –La Argentina fue pionera en llevar a Naciones Unidas y al ámbito internacional el tema de desaparición forzada de personas, tenemos una experiencia terrible que se ha plasmado. Argentina fue protagonista de estos delitos.
–¿Hubo alguna definición de la metodología de trabajo en la primer reunión que tuvieron?
Z: –Vamos a trabajar sobre la parte general y a tener un equipo que recopile y rastree todas las disposiciones extravagantes de leyes no penales, que nos tabule todos los antecedentes. Calculamos que en algunos meses tendremos una parte general para poder lanzarnos a la especial con ese trabajo previo de archivo y de elaboración.
GL: –Vamos a abrir un proceso de consulta para que esto esté rodeado con la máxima legitimidad posible. Y a escuchar también opiniones de las universidades, del Colegio de Abogados.
–Conformemos un escenario hipotético en el cual, en un tema puntual, un miembro no esté de acuerdo. ¿Qué sucede?
Z: –Se pueden hacer disidencias. Eso no obstaculiza. El colegislador es el Ejecutivo. Le mandamos el proyecto que nos encargue. Si tenemos distintas opiniones, las manifestaremos y el Ejecutivo verá lo que manda al Congreso.
Z: –Creo que sobre la cuestión de fondo, lo político-criminal, lo que hay que tener en cuenta es que tenemos una legislación que reparte demasiado poder punitivo indiscriminadamente.
P: –Mucho más del que se aplica.
Z: –Hay que tratar de diferenciar un poco los hechos graves, contra la vida, la integridad física, de los hechos menos graves. Hoy hay una reincidencia genérica. Hoy que un tipo libre un cheque sin fondos y dentro de tres años se agarre a trompadas con alguien en la esquina, me dice poco. Puede suceder que haya un hecho de gravedad contra la vida, uno solo, que me diga bastante sobre una tendencia del mismo sujeto. Eso es lo que hay que diferenciar. Vamos a tener delitos graves para los cuales la pena será grave y otros que no me marcan ninguna tendencia a una criminalidad grave, para lo cual tengo que adecuar las penas de otra manera. No ponerle una medalla, pero sí otra pena.
P: –Ese es el camino del medio.
–El delito contra la vida…
Z: –El valor máximo es la vida.
GL: –Tiene que ser lo más protegido. Si agarramos un Código Penal y miramos el capítulo de delitos contra la propiedad y lo comparamos con uno de delitos contra la vida, observamos que en muchos casos está más protegida la propiedad que la vida.
Z: –Un robo a mano armada, y puede ser mano armada a cuchillos, tiene una pena mínima de cinco años. Una tentativa de homicidio puede tener una pena de cuatro. Hay un problemita, ¿no? Un desfasaje. No es lo mismo un robo a mano armada con un cuchillito que un asalto a un banco con una ametralladora. Hay que adecuar esas cosas.
–¿La reforma del Código Penal debe ir acompañada de una reforma del Código Procesal?
Z: –Es bueno que la acompañe.
GL: –Inexorablemente.
–¿Y en manos de quién está esa tarea?
GL: –Hay un muy buen proyecto en manos del Ejecutivo, de una comisión que trabajó muy bien, y el proyecto puede tener algunas modificaciones pero en su estructura general es un buen proyecto. Lamentablemente es otro de los temas que se traban. Lo conversamos con la presidenta y mostró predisposición a impulsarlo. Es imprescindible, porque muchas de las disposiciones que puede contener un Código Penal van a necesitar su correlato procesal. Si uno impone la responsabilidad de las personas jurídicas, para darle una pena hay que escucharlo, hay que darle audiencia, posibilidad de defenderse, pero eso no está previsto, no existe un régimen procesal de cómo llevarlo adelante.
Z: –No me gusta la responsabilidad penal de una persona jurídica.
P: –A mí tampoco, pero bueno.
B: –A mí sí me gusta, pero son largas discusiones.
GL: –Si se incorporara, eventualmente, como lo incorporan los códigos modernos, necesitaría necesariamente un correlato procesal. Hay leyes que ya lo han incorporado.
–¿Ven la posibilidad de hacer algún tipo de recomendación en ese sentido?
P–A lo mejor el gobierno eleva un proyecto de modificación del Código Procesal pronto, podría suceder. Hablamos de eso con la presidenta, no sé qué hará. Dijo que tenían elaborado un proyecto, que lo podían llegar a mandar.
Z: –Va a haber cosas que salen del proyecto. Tenemos que descargar a la justicia de procesos menores. Uno se hurta una botella de Coca-Cola en Londres y hay una multa, un rato y listo. Napoleón no estaba mal cuando dividía crímenes, delitos y contravenciones, porque necesitaba dinero para conquistar toda Europa y no lo iba a gastar en estupideces.
B: –Hay juzgados en ciudades medianas donde el 40% de sus causas son amenazas.
Z: –Le digo a un vecino: “te voy a matar”, y listo, denuncia por amenazas. Después hay hechos que sí, aunque parezcan formalmente... Lo empujan a un hincha a la salida de la cancha y le quitan la gorrita, que sale tres pesos, y eso es robo y violencia a la persona.
P: –Puede ser en banda, con lo cual es un agravante.
GL: –Por muchas razones. Me parece que el sistema de enjuiciamiento ha demostrado una ineficacia absoluta para investigar los delitos complejos. El tiempo que demoran los casos en llegar al juicio propiamente dicho es terrible. Un fracaso estructural.
B: –Y delitos que no son complejos. Hay una investigación sobre el tema de violencia familiar, donde todas las investigaciones son una especie de cáscara, no existe la investigación. Termina en nada porque tampoco hay nada.
–En la discusión seguramente estará la inclusión de nuevas figuras...
Z: –Ya tenemos demasiadas. Vamos a tratar de ordenarlas en líneas generales. Y que no se escape nada de lo que escapa de las actuales. Yo diría que hay muchas cosas que son formas técnicas de cometer viejos delitos.
P: –Las maldades humanas no son tantas, son acotadas. Los mandamientos son diez y algunos no son más delito, por suerte. “No desearás a la mujer de tu prójimo”, es imposible. ¡Ahora me echan de la Iglesia! (risas).
–La participación opositora puede ser un elemento que ayude.
B: –Tiene un sentido. Ya hay un trabajito adelantado.
Z: –El único Código que se sancionó, se sancionó así.
B: –El sentido común indica que vos podés ir ahorrando también plazos de discusión.
GL: –Es auspicioso. Es de suponer que nuestros bloques parlamentarios lo van a apoyar.
–Como opositores, ¿cómo tomaron la convocatoria? ¿Con sorpresa? Por la argumentación de la oposición de falta de diálogo con el gobierno...
P: –Sí, es un ejercicio importante de diálogo de búsqueda de acuerdos. Es darnos la oportunidad de ver si podemos hacerlo, buscar acuerdos con visiones distintas, llegar a lugares comunes. Un desafío de lo que siempre decimos que sería bueno hacer. Es un tema conflictivo.
B: –Creo que es un camino inteligente y la experiencia que nosotros tenemos en el ámbito de los derechos de la mujer es justamente esa.
Z: –La crítica al pluripartidismo, es decir a la democracia más radical, que se ha hecho siempre y tomo como paradigma a Carl Schmidt, es que “el partidismo parte y la Nación tiene que ser una”. Esa crítica se basa y se refuerza en la medida en que la lucha política no es capaz de generar estos espacios. Este espacio debilita la crítica autoritaria. Son las que demuestran que el pluralismo existe y no es un impedimento para el funcionamiento y el desarrollo de la Nación. Al contrario, lo fortalece.
Fuente: Tiempo Argentino