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Interior La escasa humedad y el desfinanciamiento atentan contra la siembra directa La campaña de girasol, que en breve se iniciará en el Chaco, refleja las consecuencias que dejó el año de granos que finalizó sin humedad y sin cosecha, observándose que muchos de los chacareros que apostarán a la oleaginosa, “para asegurar el cultivo”, roturaron la tierra en lotes que llevaban varios años de siembra directa
SAENZ PEÑA (Agencia) – “La sequía que diezmo la economía del productor provocó una involución en las labores campesinas porque se observan no pocos lotes con un historial en directa y que hoy tienen la tierra dada vuelta y preparada para la siembra convencional”, mencionó el ingeniero Pablo Marconich. La observación que hace el profesional de la agronomía es sobre campos de productores medianos y chicos “a los que les costó tiempo y dinero llegar a trabajar con el sistema de siembra directa”.
Las chacras que fueron roturadas en la preparación de los lotes para la campaña de girasol se acentúa en determinados departamentos de la provincia, especialmente en aquellos en los que todavía se mantienen los tradicionales medianos productores. “El chacarero ha trabajado el suelo con disco doble acción en el afán de asegurar la siembra de girasol, justificando la acción en el hecho de que el año pasado los cultivares sembrados en lotes roturados anduvieron mejor que los de directa”, explicó Marconich.
En la explicación de la acción, los profesionales de la agronomía señalan que “el productor volvió a roturar porque entiende que al profundizar el surco puede depositar la semilla unos centímetros más cerca de la humedad e independizar la germinación de las lluvias fortuitas”.
“Desde la parte técnica sentimos que se pierda el trabajo logrado después de varios años de directa en los que se fue recuperando la estructura del suelo; sin dudas que con la roturación involucionamos pero el productor quiere sembrar o sembrar y después de haber perdido todo al no poder cosechar un grano de soja no podemos hacer objeción alguna”, dicen.
Sin insumos
El otro aspecto que también habría provocado que se roture la tierra nuevamente, perdiendo mucho de la estructura del suelo que se había logrado con la directa, fue el de la frágil economía del productor. “El productor roturó para asegurarse humedad pero, en varios casos, también porque el único insumo que consiguió es el gasoil”, acotó el ingeniero Marconich.
“Los insumos son un objetivo difícil de alcanzar hoy y no son pocos los casos en los que el productor vendió alguna vaca para obtener efectivo que le permita comprar combustible para poner en marcha el tractor, enganchar la rastra de disco y combatir las malezas que absorben la humedad que va a requerir el girasol”, comentó.
Girasol necesario
El fundamento de esa necesidad de apostar al girasol es que “la cosecha de soja fue la peor de la historia, con rindes que no alcanzaron para cubrir el mínimo costo”. “El desfinanciamiento es grande y es imperioso hacer un cultivo lo antes posible para achicar las deudas que dejó la campaña anterior y dar oxígeno al productor que está asfixiándose, especialmente el de mediana escala”, analizó Marconich a grandes rasgos.
“En todo el centro de la provincia está faltando agua en el perfil y el productor necesita, en esta etapa del año, tener un cultivo rentable para poder llegar a enero con una cosecha que le permita un ingreso de dinero”, aseveró el profesional de la agronomía.
Intención de siembra condicionada
La intención de siembra de girasol en la provincia indica que podrían cultivarse algo más de cuatrocientas mil hectáreas con la oleaginosa. “La proyección es optimista pero los productores plasmarán esa siembra si se dan dos condiciones fundamentales: la humedad disponible y el financiamiento.
En el aspecto que depende del comportamiento exclusivo de la naturaleza, “se necesita en la mayor parte de la provincia que el perfil se recargue”. “En julio y agosto necesitamos lluvias para que se pueda hacer la siembra y asegurar que los primeros sesenta días del cultivo”, dijo Marconich.
“En el aspecto financiero, como todos sabemos, estamos atentos a lo que suceda en los próximos días con la ayuda que se le pueda dar desde el Estado al productor mediano porque las cooperativas y acopios quedamos desfinanciados y, si bien trataremos de ayudar, es muy limitado lo que podemos otorgar”, refirió el profesional que se desempeña en la Cooperativa Sáenz Peña. “En el Chaco se pueden llegar a sembrar ciento cincuenta mil hectáreas o quinientas mil, dependiendo esa variabilidad de los factores humedad y disponibilidad de crédito”, recalcó.
Fuente: Diario Norte
Sábado, 30 de junio de 2012
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