HAITÍ Restaveks, los pequeños esclavos modernos  En el país más pobre del continente existen menores de familias muy pobres que son dados a otras más acomodadas para que realicen tareas pesadas de la casa durante ocho o diez horas diarias a cambio de comida y educación, en la mayoría de los casos de mala calidad.
Haití es el país más pobre del continente americano y uno de los más pobres del mundo, razón por la cual las necesidades básicas están más que incompletas. Ausentes podría decirse. Pero de la mano de esa problemática aparece, aceptado por la sociedad, un drama aún mayor: los niños esclavos o la moderna esclavitud.
"Restavek" es un apodo que ningún chico haitiano quisiera oir. Es un término creole (la lengua criolla que se habla en Haití) que proviene del francés "rester avec" (quedarse con). Los restaveks son los niños de familias muy pobres dados a otras más acomodadas para que, a cambio de tareas domésticas, éstas les proporcionen comida y educación.
Esa es la teoría, porque en realidad la inmensa mayoría de los restaveks -niños y niñas de 5 a 11 años aproximadamente- son utilizados para las tareas más pesadas de la casa durante ocho o diez horas diarias, son mal alimentados y jamás reciben la educación prometida porque les prohíben concurrir a la escuela.
Como consecuencia de la mala alimentación, el restavek promedio de 15 años es cuatro centímetros más bajo y pesa veinte kilos menos que el promedio de los niños haitianos.
"La realidad es que a menudo son abusados física, sexual y mentalmente, además de privados de comida y sueño", según el Índice de la Esclavitud Global, difundido por la fundación contra la esclavitud moderna Walk Free (Camina Libre).
Domingo, 2 de junio de 2019
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