Otra vez hubo ataques a ómnibus del transporte urbano de pasajeros
Sin que medie ningún conflicto entre trabajadores y empresarios se volvieron a producir ataques al transporte urbano de pasajeros de Resistencia: entre el martes y el miércoles fueron dañadas 10 unidades, confirmaron ayer fuentes empresarias que no pudieron dar ningún indicio de lo que motivó esos hechos ni de quienes podrían ser sus responsables.
Sábado, 19 de mayo de 2012
Los colectivos afectados pertenecen a las empresas San Fernando Urbano y a Tiro Federal y, como sucedió el 24 abril último, nadie vio nada, nadie sospecha de nadie y todo es un misterio acerca de los responsables de los episodios de vandalismo. Siempre sobrevuela alguna interna gremial que nunca es esclarecida ni precisada por nadie.
En aquella oportunidad algo quedó en evidencia tras los hechos: los trabajadores agremiados en la Unión Tranviarios Automotores venían reclamando a empresarios que instalen las máquinas expendedoras de boletos. Resistencia es la única capital de provincia donde los choferes aún se encargan de esa tarea.
Aquel motivo
Cuando eso se supo no hubo que ser muy inteligente para conjeturar y entender de qué lado provino ese ataque que dañó casi 30 colectivos. Todo se confirmó horas después. El 1º de mayo los choferes no solo no cortaron boletos, tampoco cobraron por el servicio de transporte en ese día feriado como un modo de reclamo más que explícito. Fue entonces que tras la intervención del gobierno provincial se hizo visible el reclamo en una reunión en la que participaron Jorge Capitanich, el ministro de Gobierno Juan Manuel Pedrini y el subsecretario de Transporte Marcelo López, dirigentes empresarios y gremiales.
La obligación de instalar esas máquinas expendedoras de boletos data de la fecha en que se licitaron los servicios, pero la demora persistía. Fue consecuencia de la intervención gubernamental que se pusieran 120 días para la puesta en servicio que debería ocurrir a fines de agosto y principio de septiembre.
Aquello quedó atrás y no se supo nada, como ahora. Para más las restricciones a las importaciones vuelven inaccesibles las cubiertas de las marcas que habitualmente utilizan esos rodados, y si esto se repite con más frecuencia cualquier empresa podría dejar de prestar servicio aduciendo la falta de acceso a las mismas y que nunca se encuentra a los responsables, con el agravante de que los daños no tienen cobertura de seguros.