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Biocidas: una organización kirchnerista insta al Chaco a legislar con base en el principio precautorio
“Que los biocidas causan daños en la salud no es novedad: cientos de investigadores lo afirman; y no es una cuestión ideológica, es algo que está probado en ensayos de laboratorio y en investigaciones de campo”. Son esos algunos de los términos contenidos en un documento que elaboró la Corriente Agraria Nacional y Popular (Canpo).

Lunes, 21 de mayo de 2012
mediante el cual pide a los diputados chaqueños que debaten la reforma a la Ley de Biocidas que legislen con base en el principio precautorio, que se prohíban las pulverizaciones aéreas y que se fije un límite de dos mil metros para las terrestres.
La organización identificada con el gobierno nacional participó el año pasado de las dos jornadas públicas en las que distintos sectores expresaron sus posiciones a favor o en contra de la nueva ley propuesta. “Organizaciones sociales, organizaciones de productores familiares, vecinos de localidades afectadas por las pulverizaciones e investigadores se manifestaron a favor de una legislación precautoria para salvaguardar el derecho de la población a vivir en un medio ambiente sano, sin estar sometida a pulverizaciones con agrotóxicos”, resaltaron.
Advirtieron que los daños a la salud humana causados por el mal uso de agroquímicos quedaron comprobados en casos investigados en el área hortícola de Buenos Aires, en el área de producción de soja en Santiago del Estero y en el área tabacalera misionera. También con el estudio de la Comisión de Investigación de Contaminantes del Agua del Chaco, creada durante la gestión del gobernador Jorge Capitanich, con la participación del Ministerio de Salud local y de la Nación.
El principio precautorio establece que, para proteger a la sociedad de los efectos de sustancias susceptibles de ser perjudiciales, es necesario un enfoque de precaución que exija que se tomen medidas para limitar la aportación de esas sustancias, aun antes de que se haya establecido una relación de causa-efecto con pruebas científicas incontestables.
“Lamentablemente, muchas muertes, muchas personas con graves deficiencias, muchos seres humanos condenados a una no vida fueron necesarios para que se prohibieran biocidas que se lanzaron al mercado para solucionar supuestos graves problemas, si bien luego se pudieron evidenciar altos riesgos y efectos nocivos en la salud de la población, así como su alta persistencia ambiental”, enfatizaron.
Venenos prohibidos
En el texto, la Canpo repasa que en 1948 Paul Müller obtuvo el Premio Nobel por descubrir la efectividad del DDT como veneno contra varios artrópodos. Catorce años después comenzaron a exponerse los peligros ecológicos derivados de la utilización del DDT. La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos lo prohibiría en 1972.
Hace unos años, Alemania decidió retirar del mercado dos plaguicidas de amplio uso en Argentina: el imidacloprid y el fipronil. La prohibición se basó en investigaciones que indicaban su incidencia en la vida de las abejas, con alteraciones en el sistema nervioso hasta producir su muerte.
El 2, 4, 5 T, el “agente naranja”, fue utilizado en Vietnam; en Argentina se utilizó hasta ser prohibido en 1984. Este, junto con el paration y el clordano, fueron prohibidos por su impacto en la salud.
Legislar para la vida
“Muchas muertes están asociadas a los biocidas. Es tiempo de ponerle un freno y legislar para la vida”, enfatizaron desde la organización política; a lo que agregaron: “La historia enseña que muchos productos que en su momento fueron considerados beneficiosos, sólo trajeron más muertes y tragedias”.
Más adelante, subrayaron que “tienen hoy los legisladores del Chaco la oportunidad de legislar a favor de la vida con la base del principio precautorio, prohibiendo las pulverizaciones aéreas, prohibiendo la aplicación terrestre dentro de un radio de dos mil metros a partir del límite de las plantas urbanas, periurbanas, escuelas, viviendas, centros de salud rural, cursos y fuentes de agua, parques y zonas protegidas; y un segundo perímetro similar que permita la aplicación exigua de agroquímicos”,
“Tienen hoy la oportunidad los legisladores de comenzar un proceso que permita que el Chaco sea, en un plazo no mayor a diez años, una provincia productora de alimentos y fibras libres de biocidas. Tienen hoy los legisladores del Chaco la oportunidad de demostrar que están a favor de la vida, a favor del pueblo, que cuidan su salud y el medio ambiente, y no a favor de los intereses de un sector concentrado de la economía que sólo deja tras sí el rastro de la miseria, la contaminación, la enfermedad y la muerte”, concluyeron.
Fuente: Diario Norte