Los chamameceros se enojaron porque los chaqueños no interpretaron su ritmo Tonolec impactó y fue ovacionado por la multitud en Corrientes La segunda velada de la Fiesta Nacional del Chamamé volvió dejar muchos aplausos y algunas sorpresas. La presencia del maestro Raúl Alonso con su nuevo grupo fue un momento que el público esperaba para conocer la propuesta del hombre que durante tantos años acompañó a otros artistas, como Mario Bofill, o integró formaciones como Amandayé.
“No importa dónde o con quien esté, el conocimiento que tiene Raúl del chamamé te asegura un espectáculo digno de aplaudir”, dijeron los espectadores una vez finalizada su actuación que, según dijo el artista, lo llenó de emociones.
La velada inició con algunos dolores de cabeza para los organizadores, dado que uno de los grupos previstos para el inicio, como Mensajeros del Chamamé, nunca llegó y, por ende, el encargado de abrir la segunda luna chamamecera fue Gianella Niwoyda con un espectáculo magistral.
Uno de los momentos paradigmáticos de la noche fue cuando subió al escenario el grupo chaqueño Tonolec, quienes ya estuvieron el miércoles pasado en el escenario del Chamamé Rave. La indignación de algunos chamameceros se hizo sentir por varias razones. En primer lugar porque consideraron que la presencia del grupo -al que nadie pudo quitarle el mérito, dado la excelencia de su música-, se da a la perfección en el escenario de la Rave pero no del Cocomarola. “Además, le quitan tiempo a los chamameceros y ellos llevan 40 minutos en el escenario, ¿es un poco mucho no?”, se escuchó decir a un disconforme.
Pese a esto, a la gente le gustó. Es más, una vez que terminaron su actuación con el tema Indio Toba, el público los despidió de pie. Pero la gran pregunta que queda sobrevolando en el aire es: ¿Cómo se explica el discurso oficial ante presencias de esta naturaleza en el escenario Osvaldo Sosa Cordero? Esto, teniendo en cuenta que nombres como Baglietto (quien después de muchos años de insistencia aceptó hacer chamamé), Vitale, Los Nocheros o el mismo Pedro Aznar (que había compuesto un chamamé para presentarlo en esta fiesta) no pudieron estar. Artistas a quienes -cabe destacar- el gobernador Ricardo Colombi quitó de la lista armada por los organizadores porque no hacían chamamé y “la esencia de la fiesta en la edición 2013 era priorizar a los chamameceros y a nuestra música”.
Tonolec -más allá de que al público le gustó- tampoco hace chamamé. Y, más allá de que los temas que haya presentado sobre el escenario fueran de Zitto Segovia, de Ramón Ayala (Cosechero) o de Ariel Ramírez, nada tuvo que ver su presentación con los acordes emitidos por un acordeón. Esto demuestra que, más allá de la protesta de algunos chamameceros o el berrinche de algunos funcionarios, el público quiere propuestas novedosas y que acepta de buena manera que artistas de otros géneros se esfuercen por interpretar respetuosamente el chamamé. La prueba, sin lugar a dudas, fue la presencia de Tonolec en el escenario Osvaldo Sosa Cordero.
Luego actuó una artista bien correntina, que dejó su esencia sobre el escenario: Lorena Larrea hizo vibrar a las miles de personas que se acercaron al Cocomarola, con una interpretación magistral del Ave María. Alan Guillén también supo -como todos los años- conquistar al público. El joven chaqueño, sin lugar a dudas, ya es un número puesto al que muchos esperan en el escenario de la Fiesta Nacional.
Fue una velada de encuentros y mucha distinción de la que, más allá de algunas fallas del sonido, puede decirse que era digna de admiración sobre todo por el acompañamiento de un clima ideal para estar al aire libre, disfrutando del buen chamamé. Así lo entendió Amandayé cuando, con sus tradicionales temas, envolvió al público con su música. No pudo faltar en su actuación el enganchado de polcas y los temas que son parte de la historia chamamecera como Cielo de Mantilla. De igual manera, Pedro del Padro volvió a sorprender con su capacidad de hacer música con la participación de cualquier otro instrumento que no sean sus dedos, a los que en esta ocasión suplió con una máquina fotográfica. Los hermanos brasileños también pasaron por este escenario dejando su estirpe chamamecera y, a cambio, se llevaron como recompensa el reconocimiento del público.
Muchas presencias dejaron sin aliento al público y otras emocionaron y mucho. Fue el caso de Jorge Méndez, el entrerriano de 70 años que dedicó su vida a escribir y a interpretar chamamé pero, paradójicamente, nunca había pisado el escenario Osvaldo Sosa Cordero, sueño que cumplió o junto a Toto Semhan y Nélida Argentina Zenón, quien recibió la plaqueta de Aadi -Asociación Argentina de Intérpretes- a su trayectoria.
Méndez fue el creador de Puerto Sánchez, tema que fue grabado por un centenar de intérpretes en diferentes idiomas: “Estar aquí es un momento de indescriptible emoción, sobre todo teniendo en cuenta que la invitación me llega cuando ya estaba retirado de los escenarios”, dijo a NORTE Corrientes.
Quien dejó toda su energía sobre el escenario fue Raúl Noguera, que maravilló con la potencia de su voz y los temas elegidos para su interpretación. Al igual que la actuación de Oscar Mambrín o Lucio Yanel, quien incluso recibió una distinción por parte de Aadi. La recibió de mano de Boni Vera y el misionero Fabián Meza.
Lucio Yanel es correntino, pero desde 1967 se radicó en Brasil y hace varios años que comenzó a volver a su tierra natal gracias al chamamé, música que, por sus orígenes y por su fortaleza, eligió interpretar para calmar el desarraigo.
Fuente: Diario Norte
Lunes, 14 de enero de 2013
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