Arte Un artista que retrato la Buenos Aires de principios de siglo XX
Más de cien obras entre pinturas, dibujos y grabados conforman la exposición antológica “Collivadino. Buenos Aires en construcción”, que se inaugura mañana en el Museo Nacional de Bellas Artes y reúne la obra de un artista que pintó antes que nadie las nuevas formas de belleza de la metrópoli moderna.
La exposición propone mostrar a Pío Collivadino (1869-1945) como el artista que construyó una mirada paisajística sobre la ciudad de Buenos Aires: en las escenas portuarias, los rascacielos y avenidas del centro, los nuevos edificios industriales, las usinas, los puentes sobre el Riachuelo y también los barrios marginales, en la nostalgia de los viejos caseríos y en las calles suburbanas. Nacido en Barracas, hijo de una familia de inmigrantes lombardos, Collivadino vivió en Italia entre 1890 y 1906, donde se formó como artista y desde su regreso al país, plasmó en su obra la transformación de Buenos Aires a través de una paleta de colores innovadora y poco adoptada, al igual que sus temáticas. Esa Buenos Aires en proceso de transformación permanente fue difundida entonces por medio de la fotografía en diarios y revistas, pero esos cambios no fueron reflejados en la pintura al óleo hasta el regreso de Collivadino a la capital porteña, quien además dotaba a sus obras de puntos de vista y enfoques inspirados en el lenguaje fotográfico. ”Dueño de una técnica refinada, dibujo sólido y un estilo por momentos puntillista, que alternaba con gruesos empastes, Collivadino captó la luminosidad de la ciudad y los suburbios en una serie de obras que se despliegan a lo largo de las tres primeras décadas del siglo XX”, explicó la curadora Laura Malosetti Costa.
ampliar “Uno de los aspectos más celebrados de la obra de Collivadino es que logró con su dominio de la técnica pictórica expresar esa ciudad que se transformaba, que avanzaba hacia sus márgenes en las calles abiertas de los barrios y crecía en la altura de sus edificios modernos”, señaló la directora del museo, Marcela Cardillo. Un recorrido por la muestra revela al público los procesos creativos del artista, desde los años de formación en Italia, comparando las obras de gran formato destinadas a exposiciones y salones, con sus bocetos y dibujos preparatorios, apuntes y manuscritos, grabados al aguafuerte y litografías. Collivadino fue el primer artista argentino que participó en la Bienal de Venecia en 1901, y también lo hizo en la edición siguiente (1903) al enviar su emblemático óleo “La hora del almuerzo” –perteneciente al patrimonio del Bellas Artes- y en 1907 fundó el grupo Nexus junto con Fernando Fader, Cesáreo Bernaldo de Quirós, Carlos Ripamonte, Justo Lynch, Alberto Rossi y los escultores Arturo Dresco y Rogelio Yrurtia. Además de su actividad como pintor, Collivadino desempeñó durante más de treinta años un rol destacado como director de la Academia Nacional de Bellas Artes donde fundó los talleres de grabado y escenografía, y tuvo a su cargo las cátedras de técnicas dibujo, pintura y grabado desde donde formó a varias generaciones de artistas. Los paisajes urbanos de otros artistas del grupo Nexus y algunas obras tempranas de Benito Chinchella (quien más tarde firmaría Quinquela Martín), grabados, fotografías y películas de la época acompañan un conjunto de obras, bocetos y dibujos preparatorios de Collivadino realizados durante las primeras décadas del siglo XX. La exhibición exhibe además el fruto del trabajo llevado a cabo por un equipo multidisciplinario de la Universidad Nacional de San Martín quienes, desde el año 2008, catalogaron, investigaron y restauraron el patrimonio del Museo Pío Collivadino perteneciente a la Universidad de Lomas de Zamora. Las pinturas de Collivadino intervenidas en el Instituto de Investigaciones sobre el Patrimonio Cultural (IIPC) de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) son las piezas que quedaron en su taller, en su mayoría bocetos o esbozos de pinturas al óleo que luego ejecutaría en formatos más grandes.
Fuente: Télam
Lunes, 22 de julio de 2013
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