Internacional Qué países de la región tienen acuerdos de precios como el que se lanzó hoy en Argentina
Por: Jorge Heili jheili@infobae.com
Pocas naciones en el mundo mantienen políticas de regulación o control de precios. Hasta los ganadores del Premio Nobel sostienen que no funcionan
El gobierno argentino anunció un nuevo acuerdo de precios para intentar frenar la inflación -la cuarta más alta del mundo- a través de la planificación estatal que propone el ministro de Economía, Axel Kicillof.
En América Latina han desaparecido las políticas de regulación y control de precios hace más 20 años. Las excepciones son la Argentina, Venezuela, Ecuador, Cuba y ahora Colombia, que ha fijado precios máximos en los medicamentos.
En los países más desarrollados, las políticas de control de precios se abandonaron después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se comprobó que la fijación de precios máximos tiene como consecuencia directa la escasez. Los economistas argumentan que cuando se fija un precio artificialmente bajo, la demanda del bien se acelera hasta que la oferta resulta insuficiente.
El prestigioso economista español Jesús Huerta de Soto explica que "siempre que se establece un precio máximo, con el poder coactivo del Estado, por debajo del que fijaría el mercado surge el fenómeno de la escasez". El control de precios es esencialmente fijar valores por debajo del que el mercado fijaría, una decisión que tiene buena aceptación popular.
Las políticas de control de precios son adoptadas por países con visión política de fuerte planificación estatal. Cuba es, posiblemente, el ejemplo más extremo de las consecuencias de las regulaciones estatales, al punto de haber llegado a la famosa libreta de racionamiento aún vigente desde hace más de 50 años, que convirtió a Cuba en el país con menor consumo de carne del mundo.
Venezuela
El gobierno de Nicolás Maduro es el alumno perfecto del estatismo intervencionista en toda la cadena de producción y comercialización. Con más de 10 años de políticas de fijación de precios máximos, los índices de desabastecimiento reconocidos por el mismo Banco Central superan el 20%, aunque las consultoras privadas lo fijan por encima del 40%.
Cada mañana se pueden comprobar las largas colas de gente a la espera de conseguir leche, mantequilla o harina para las populares arepas.
En las últimas semanas, el presidente Nicolás Maduro redobló los controles. Fijó un mecanismo por el que se ajusta y regula todo el sistema de precios de los bienes y productos de la economía venezolana. El mandatario aseguró que "vamos hacia un sistema de fijación de precios justos y máximos de todos los productos, en todos los establecimientos".
Los sectores textil, calzado, electrodomésticos, vehículos, artículos de cuidado personal, juguetes, son los alcanzados por estas normas. Para asegurar la "eficiencia" de la medida, los militares son los encargados de velar por el riguroso cumplimiento. Así pudo verse cómo se llevaban detenido a un comerciante que vendía por encima de los precios autorizados.
Los productos que más escasean son los de primera necesidad, como el jabón de tocador, papel higiénico, jugos, agua, compota, harina y leche.
El gobierno apela a la conspiración de "la burguesía" para explicar la escasez, y sostiene que en realidad hay acopio de productos para venderlos en el mercado negro, donde los precios están al doble o triple de lo que fija el gobierno.
Los venezolanos viven uno de los momentos más dramáticos en su economía, y la meta de controlar la inflación con el intervencionismo estatal tuvo como consecuencia un aumento de los precios superiores al 40% en 2013, según cifras oficiales.
Colombia
La economía del país es una de las más estables de la región, con altas tasas de inversión y con un crecimiento que ronda el 3% anual. El Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, que ha mantenido políticas ortodoxas, ha decidido implementar un control de precios en los medicamentos, para fijarlo en valores máximos, con el argumento de que no se puede pagar más caro un medicamento en Colombia que en el exterior.
El gobierno fijó precios máximos para 334 medicamentos, con lo que alcanza ya a 546 medicinas que tienen tope en los precios. Según el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, esta medida es parte de "la reforma a la salud como política de Estado" que el gobierno de Santos impulsa.
El presidente colombiano aseguró que con estos precios máximos se ha logrado reducir un 40% el precio de los medicamentos.
"La Superintendencia va a estar atenta para que los laboratorios, las EPS o los distribuidores de medicamentos no vendan a precios superiores a los regulados, so pena de severas sanciones".
Ecuador
El gobierno de Rafael Correa tiene como particularidad que el país está dolarizado, lo que le ha permitido a Ecuador tener una inflación muy baja y, sobre todo, impedirle al gobierno apelar al recurso de emitir para financiar la demagogia, como ocurre en Venezuela.
Pero en 2013, el gobierno seleccionó 436 productos para imponer un control de precios máximos, apelando a la legislación que permite al Poder Ejecutivo adoptar esas medidas excepcionales.
La subida del precio de los alimentos que se aceleró por encima de las metas de inflación oficiales promovieron esa medida, que fue resistida por el sector empresario. El gobierno apeló al "manual del populismo" y acusó a los empresarios de ser los responsables de los aumentos, mientras que el gasto público y la presión impositiva crecen sobre el sector privado.
Bolivia
"Vamos a iniciar juicios por agio y especulación tanto a productores como a comerciantes que estén vendiendo al consumidor final a precio mayor a Bs15", dijo la ministro de desarrollo productivo Teresa Morales.
El gobierno de Evo Morales ha sido un "cultor" de los controles de precio para productos de primera necesidad como el pollo, tomate, arroz, harina o los medicamentos.
Evo Morales prohibió la exportación de arroz para aumentar la oferta del producto en el mercado interno y fijó un precio máximo.
La medida tuvo como consecuencia un cambio de actividad de los productores arroceros que veían derrumbarse su rentabilidad por las medidas del gobierno. Así se logró que Bolivia necesitara importar arroz. Cuando la planificación estatal demostró su rotundo fracaso, el gobierno liberalizó el mercado.
La Argentina
El control de precios ha sido una constante de la gestión kirchnerista que se acentuó durante el mandato de Cristina Kirchner.
En las últimas horas, el ministro de Economía, anunció el cuarto acuerdo de precios máximos de la actual gestión de gobierno. Alcanzará a 200 artículos.
A pesar de que periódicamente se anuncian acuerdos de precios, la inflación en Argentina es el principal problema que golpea a la sociedad. El 2013 podría alcanzar el 30% en todo el año, aunque las cifras manipuladas del gobierno la fijarán por debajo del 10 por ciento.
Si bien en la Argentina no se perciben índices de escasez como en Venezuela o Bolivia, se generan momentáneas dificultades en productos de primera necesidad. En los últimos meses, las asociaciones de consumidores denunciaron la falta de harina.
Desde la llegada del kirchnerismo al gobierno, las actividades más reguladas para "preservar la mesa de los argentinos", han llevado a una fuerte disminución del stock ganadero y han reducido a mínimos de 100 años las áreas productoras de trigo (la Argentina era el segundo exportador mundial).
El fracaso del control de precios
El premio Nobel de Economía, Milton Friedman, aseguró una vez que "nosotros los economistas no sabemos demasiado, pero lo que sí sabemos es crear escasez", en alusión a las políticas intervencionistas que regulan los precios de bienes y servicios.
Alemania experimentó después de la Segunda Guerra Mundial, el impacto de los controles de precios: una escasez generalizada de productos. Cuando se liberaron los precios, el primer impacto fue el aumento generalizado, pero las cifras se acomodaron al valor de la oferta y demanda.
La inflación quedó en la historia y varios economistas creen que a partir de esa liberalización se sentaron las bases de un crecimiento sin precedentes.
La Argentina tiene una larga experiencia en controles de precios, todas terminaron de la misma manera: estallidos inflacionarios. Los defensores del estatismo suelen mostrar los resultados de sus políticas en el corto plazo, pero omiten las consecuencias de mediano y largo plazo.
Los países con controles de precios utilizan el terror de la cárcel o la aplicación de duras sanciones para quienes violen lo que el Estado considera "precio justo"; para algunos demócratas esa política encierra una visión totalitaria del poder.
Fuente: Infobae.
Viernes, 20 de diciembre de 2013
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