Cultura Chaco: Un pueblo que ama la literatura Si los medios nacionales, o los suplementos culturales, se ocuparan de lo que sucede en Resistencia, durante cuatro días desde hace 20 años, nadie dudaría en valorar a la principal ciudad chaqueña como la capital de la lectura.
Título que no sería para nada una exageración, porque si en algo coincidieron los escritores y editores que llegaron desde distintos puntos del mundo para participar del 20° Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura, organizado por la Fundación Mempo Giardinelli, fue en asegurar que lo que sucede en la capital de Chaco no lo han vivido en ninguna feria, bienal o congreso de literatura del planeta. El moderno centro de convenciones Gala fue desbordado (en su capacidad de dos mil personas) por un público atento y entusiasta, que participó con risas, aplausos y numerosas preguntas en cada clase magistral, conferencia o taller de escritores, ilustradores y editores, quienes expusieron las estrategias a seguir para generar nuevos lectores de literatura. Los cincuenta invitados de doce países y de distintas ciudades de la Argentina, además de participar en sus mesas, visitaron colegios donde fueron recibidos por los alumnos y los docentes, quienes, para sorpresa de los autores, no solo fueron escuchados con atención, sino que, además, habían leído algunas de sus obras. Los escritores eran abordados en las calles de la ciudad por vecinos para sacarse fotos y pedirles autógrafos. En Resistencia, durante los días en los que se prolonga el Foro —así como durante su ardua y larga preparación— el contagio por los libros y la lectura se extiende como una epidemia por todos los rincones de la ciudad. En las escuelas, en las dependencias públicas, en la cárcel de mujeres, en los bares, en la universidad, en las calles, se interesan por autores y escritores y, sobre todo, por el milagro de leer. El primer quijote, aquel paradigma de los enfermos por la lectura fue, sin dudas, Mempo Giardinelli, quien convenció a un centenar de sanchos para ir en busca de lograr la sin igual hazaña de fomentar la lectura del libro en un mundo cada vez más habitado por consumidores de medios audiovisuales. Por eso Mempo, en el discurso de apertura del día 12 de agosto, resaltó el valor de comenzar dos décadas atrás en un “país devastado en materia de lecturas, sin políticas de promoción lectora, con un Estado perdido y ausente, y con un sistema educativo perverso que fulminaba todo lo bueno de más de un siglo de aquella educación sarmientina que, aún con sus errores, construyó esta nación”, concluyendo que “hoy el cambio que hemos contribuido a producir es impresionante. No hay antecedentes de recuperación igual en el mundo entero.” En ese mismo discurso, Giardinelli explica la razón de fomentar la lectura: “La educación de una nación para la democracia y la justicia social, para la igualdad de oportunidades y el crecimiento económico y social en equilibrio y armonía, sencillamente no es posible si no se lee bien y mucho y bueno; es decir, si no se leen textos de calidad y con tiempo para pensar.” El escritor colombiano William Ospina, en la primera conferencia Magistral del Foro (“En busca del nombre perdido”), hizo un recorrido por textos, lecturas, personajes y señaló, entre otras cuestiones, que los lectores al momento de elegir un libro están “sometidos a los que leen más y tienen mejores argumentos”.Varios de estos lectores con mayor lectura y argumentos sólidos participaron de distintas mesas y conferencias, entre ellos el mexicano Juan Domingo Argüelles, el venezolano Fanuel Hanán Díaz, la cubana Karla Suarez, la escritora y editora chilena Paz Corral, el brasileño Eric Nepomuceno y varios autores argentinos, como Miguel Molfino, Hebe Uhart y Liliana Bodoc. El diálogo entre la palabra y la imagen también ocupó un espacio central en el Foro, no sólo en la poesía transemiótica de los textos infantiles del escritor portugués David Machado, que emocionó por la mirada poética de su personaje niño, sino también por la explicación de su técnica de recorte con tijera que el dibujante y escritor Istvan Schriter realizó con una increíble puesta actoral que deslumbró al público. Dibujantes, editores y escritores de literatura infantil también volcaron su experiencia de años en charlas y lecturas de textos en distintos plenarios. Las palabras de cierre, mientras subieron al escenario todos los participantes para la foto de familia, estuvieron a cargo del gobernador de la provincia de Chaco, Jorge Capitanich, quien destacó, con entusiasmo y con una mirada optimista por el éxito obtenido por el Foro, la función de la literatura y la lectura como forjadoras de conciencia social.El escritor mexicano Juan Domingo Argüelles resumió, durante el Foro, las palabras que compartieron con aplausos escritores y público: “leer es ponerse en el lugar de los demás, es sentirse vulnerable, es abandonar todas las certezas y llenarse de todas las dudas en relación con lo que somos o con lo que creemos que somos. Es a esto a lo que yo denomino la ética y la poética de la lectura, pues si leer no sirve para sacarnos de nuestra zona de comodidad y confort, sino tan sólo para distraernos, para entretenernos, para divertirnos, para hacernos más diestros técnicamente -y conste que todo ello me parece de lo más válido y legítimo-, la ganancia es poca si el placer mismo no nos lleva a algún conocimiento”. Y así, como en las grandes fiestas religiosas o paganas, los participantes fueron abandonando la ciudad. Pero en las calles no quedaron guirnaldas y restos de comidas, papeles y botellas vacías; quedaron libros y lectores. Resistencia (como si el topónimo encerrase una cifra de la voluntad), a partir de aquella chispa inicial que provocó Mempo Giardinelli, y que año tras año, ya convertida en un incendio, sigue avivando con un grupo de más de un centenar de voluntarios guiados por la vice presidenta de la Fundación Natalia Porta López, muestra que la esperanza (como las convicciones) no se abandona en ninguna entrada, ni en ninguna puerta de salida. Y aunque nadie se entere de estos sucesos milagrosos, por esa maldita obsesión de los medios de mostrar solo los hechos negativos o difundir lo que sólo deja un rédito económico a sus empresas periodísticas, Resistencia bien podría ser declarada, como dijimos al inicio, la capital de la lectura, quizá no solo de la Argentina, sino del mundo.
Fuente: Télam
Miércoles, 19 de agosto de 2015
|